El Vaticano reconoció a Palestina como Estado en un acuerdo puesto a punto en Roma por negociadores de las dos partes, informó la Santa Sede, una iniciativa que generó de inmediato críticas por parte de Israel.
Las actuales relaciones entre la Santa Sede y la Autoridad Palestina (AP) están regidas por un acuerdo firmado en 2000 por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y el Vaticano, pero este nuevo tratado será el primero firmado con el Estado de Palestina, lo que se traduce en un reconocimiento formal.
El acuerdo bilateral aún debe ser firmado por las dos partes.
El ministro del Exterior del Vaticano, monseñor Antoine Camilleri, dijo al diario «L'Osservatore Romano» que el nuevo tratado formalizará el reconocimiento.
«La referencia al Estado de Palestina y lo que dice en el acuerdo está en continuidad con la que fue la posición de la Santa Sede» en 2012, cuando saludó una votación de la Asamblea General de las Naciones Unidas a favor de elevar el estatus de Palestina a Estado observador no miembro de la ONU.
El Vaticano hablaba hacía rato de manera no oficial de un Estado de Palestina. El presidente de la AP, Mahmud Abbás, se reunirá este sábado con el Papa Francisco en el Vaticano, donde asistirá además a la ceremonia de santificación de dos monjas que vivieron en el siglo XIX en Palestina, que en ese entonces formaba parte del Imperio Otomano.
Mariam Bawardy y Marie Alphonsine Ghattas serán las primeras figuras santas de habla árabe. Se espera que una gran delegación palestina asista a la ceremonia. La mayoría de los palestinos son musulmanes, pero una pequeña minoría es cristiana.
El Papa Francisco se reunió por última vez con Abbás en junio pasado, cuando, tras su visita a Tierra Santa, invitó al líder palestino y al presidente saliente israelí, Shimón Peres, a sumarse a él en una plegaria por la paz en Oriente Medio.
Durante esa visita el Sumo Pontífice hizo referencias al «Estado de Palestina».
El portavoz del Ministerio del Exteriores israelí, Emmanuel Najshón, reaccionó «desilusionado» y dijo que la decisión del Vaticano de firmar el acuerdo no contribuirá a que los palestinos vuelvan a la mesa de negociaciones.
«El acuerdo no hace avanzar el proceso de paz y aleja al liderazgo palestino de un regreso a las relaciones bilaterales directas», señaló.
Najshón agregó que el nuevo gobierno israelí estudiará el tratado y considerará las medidas pertinentes.
Funcionarios palestinos, en tanto, celebraron el acuerdo. «Damos la bienvenida al reconocimiento como una contribución genuina a la paz y la justicia», declare la Dra. Hanán Ashrawi, alto miembro del Comité Ejecutivo de la OLP.
«La importancia de este reconocimiento va más allá de lo político y legal hacia los dominios simbólico y moral y envía un mensaje a toda la gente de conciencia de que el pueblo palestino merece el derecho a la autodeterminación, el reconocimiento formal, la libertad y la categoría de Estado», indicó Ashrawi.
Hasta ahora, 135 países reconocieron a Palestina como Estado soberano. Sin embargo, otras naciones, entre ellas Estados Unidos, consideran que sólo puede ser reconocida como país tras un acuerdo de paz con Israel.
Si bien no se hicieron públicos los contenidos del nuevo acuerdo con el Vaticano, Camilleri dijo que reafirma los principios de libertad de religión en los territorios palestinos y regula temas impositivos, de propiedad y jurisdicción relacionados con la Iglesia Católica.
Camilleri indicó que el acuerdo también incluye un llamado a un acuerdo de paz israelí-palestino basado en la solución de dos Estados y expresó sus esperanzas de que la postura del Vaticano ayude a avanzar en este punto.
«Sería bueno si el acuerdo que alcanzamos pudiera de alguna forma ayudar a los palestinos a lograr el establecimiento y reconocimiento de un Estado de Palestina independiente, soberano y democrático, que viva en paz y seguridad con Israel y sus vecinos», apuntó.
La Santa Sede, que mantiene relaciones con Israel desde 1993, negocia también desde 1999 un acuerdo sobre los derechos jurídicos y patrimoniales de las congregaciones católicas en el Estado judío, en particular sus exoneraciones fiscales. Pero cada encuentro semestral se salda con un fracaso.
Desde hace años, el Vaticano realiza un ejercicio diplomático delicado entre Israel y la AP, al haber comunidades católicas implantadas de ambos lados de esta cuna del cristianismo que sigue siendo un importante lugar de peregrinación.
Por un lado, la Santa Sede quiere evitar ofender a Israel y despertar los reproches ligados al rol de la Iglesia en la historia del antisemitismo en Europa. Pero por otro milita también por una solución con dos Estados, un estatuto especial reconocido a Jerusalén, ciudad de los tres monoteísmos, y los derechos de los palestinos en Cisjordania y en la Franja de Gaza.
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