La reciente detención de tres activistas de derechos humanos (dos israelíes y un palestino que trabaja para una ONG israelí), avivó las denuncias de «persecución política» a grupos y activistas israelíes que se oponen a la ocupación.
Ezra Nawi, Guy Butavia y Naser Nawayah, colaboradores de Taayush - movimiento que defiende los derechos de los palestinos del sur de Hebrón (Cisjordania) - fueron detenidos en los últimos días tras ser grabados con cámara oculta por miembros de la organización derechista Ad Kan que se infiltraron entre los activistas.
En una de las imágenes, difundidas en el programa de televisión de máxima audiencia «Uvdá», de la periodista de origen argentino Ilana Dayán, Nawi afirma que denunció a las autoridades palestinas a un palestino que intentó vender tierra a israelíes (prohibido por la legislación palestina) y que este pudo ser después torturado por la seguridad palestina.
Tras la difusión del programa, los tres fueron detenidos y acusados de «contactar con un agente enemigo» y de «estar involucrados en la muerte de un ciudadano árabe», explicó el abogado de Nawi, Eitán Pelej.
«Es un caso falso. Una investigación política sin fundamento», denunció el letrado, que añadió que la policía y los medios retrataron a su defendido como «un enemigo del pueblo de Israel», sin que se le imputó nada.
Durante los interrogatorios, le preguntaron quién financia sus actividades y su conexión con destacadas ONGs de derechos humanos, algo que Pelej consideró «indignante» e impropio de una democracia.
Además, el abogado señaló que, incluso si las acusaciones fueran ciertas, sería dudoso que constituyeran un crimen, puesto que estaría cumpliendo con sus obligación bajo la ley palestina.
«Este es un arresto político para parar nuestra actividad pro derechos humanos en Cisjordania y contra los crímenes y los criminales de la ocupación», protestó Butavia ante las cámaras cuando era conducido a un tribunal.
Para otra de las abogadas del caso, Lea Tsemel, «el problema es que Taayush es una piedra en el zapato de los colonos desde hace años, con su lucha para preservar los derechos de la tierra, vigilar, informar de las violaciones e impedir la destrucción de casas».
Según ella, «hay una gran campaña contra las ONGs de derechos humanos, especialmente contra las que trabajan en los territorios palestinos, que llevan a cabo organizaciones de extrema derecha como Im Tirzú, Ragavim y, ahora, Ad Kan».
«El programa de televisión dio una excelente oportunidad a quienes actúan contra los trabajadores y abogados de ONGs», dijo, hecho que se une a acciones legislativas para entorpecer la labor de los activistas.
«Es una caza de brujas, un intento de marginar a las ONGs de derechos humanos», sentenció.
Para la también abogada Anu Deuelle, lo grave de este caso reside en que las actividades de Ad Kan para infiltrar «topos» en ONGs y buscar algo con las que atacarlas «están financiada por el Consejo de Judea y Samaria, es decir, con fondos públicos».
«Que el Gobierno financie a ONGs para que se infiltren en movimientos sociales que denuncian violaciones a los derechos humanos de los palestinos bajo ocupación es inaceptable», afirmó.
Amiel Vardi, de Taayush, ve en este caso una muestra de «cómo la sociedad israelí se está volviendo más y más racista y fascista y cómo avanza el proceso para convertirse en un estado totalitario».
La ONG Betselem, una de las que más a menudo está en el ojo del huracán, denunció recientemente «la campaña de desprestigio contra los grupos de derechos humanos», mientras que la ONG Paz Ahora (Shalom Ajshav), fue más lejos y acusó al Ejecutivo de «convertir la sangre de cualquiera que se le oponga en objetivo lícito».
Yehuda Shaul, de la ONG Rompiendo el Silencio, que difunde testimonios de soldados israelíes sobre violaciones de derechos palestinos, señaló que «hay una campaña orquestada desde arriba, desde el primer ministro (Binyamín Netanyahu), la ministra de Justicia (Ayelet Shaked) y el de Educación (Naftali Bennett), para acallar a cualquiera que hable contra la ocupación, a fin de poder continuar con ella».
El clima actual se convirtió en un «riesgo de seguridad personal para los activistas», declaró Shaul, y afirmó que su organización tiene guardias de seguridad fuera de la oficina 24 horas al día.
Notas relacionadas:
Israel: Arrestan activista de izquierda en plena crisis de ONGs
Israel: Gobierno aprueba ley contra financiación extranjera de ONGs
Israel no financiará ONGs y grupos de izquierda