Miles de jóvenes procedentes de Israel y otros países marcharon en silencio entre las dos partes del campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau, en Polonia, en memoria de víctimas del Holocausto, especialmente de los 430.000 judíos húngaros que fueron asesinados allí.
La marcha comenzó cuando el shofar sonó al pasar por la notoria entrada del campo con el letrero «Arbeit Macht Frei» (El trabajo libera).
Con banderas azules y blancas de Israel y luciendo chaquetas azules, los participantes caminaron tres kilómetros bajo la llovizna desde la entrada hasta un memorial de piedra en Birkenau para escuchar al presidente de Hungría, Janos Ader, quien señaló en su discurso la importancia de mantener vivo el recuerdo del Holocausto para evitar que una atrocidad así se repita en el futuro.
La delegación oficial israelí estuvo encabezada por el presidente de la Corte Suprema, el juez Asher Grunis, el jefe de la Policía, Yohanán Danino, el ex Gran Rabino de Israel, Meir Lau, el embajador israelí en Polonia, Zví Rav-Ner, y varios sobrevivientes.
En Auschwitz, visitaron los edificios de ladrillo en los que están los zapatos, maletas, lentes y cabello de víctimas, en un sobrecogedor testimonio de los crímenes nazis.
A su vez, decenas de miles de personas participaron en Budapest en otra «Marcha por la Vida», con la que desde hace doce años las comunidad judía local recuerda a la víctimas de la Shoá.
Más de 10.000 personas se reunieron en el centro de Budapest y marcharon hasta la Estación del Este, desde donde un tren, con una delegación húngara de 600 personas, viajó a Auschwitz.
En la estación, los participantes fueron saludados por un mensaje de video del presidente de Israel, Shimón Peres.
Horas antes, el aniversario fue conmemorado en una ceremonia realizada en el Museo Casa de Terror de Budapest. Allí, el viceprimer ministro húngaro, Tibor Navracsis, describió el Holocausto como un reino de terror a una escala masiva sin precedentes, el cual fue una tragedia para la humanidad, los húngaros y los judíos.
«En el siglo 20, Hungría dio malas respuestas a malas situaciones», dijo Navracsis, quien especuló sobre si las malas respuestas húngaras se debieron a su naturaleza o porque simplemente no fueron buenas respuestas.
El viceprimer ministro pidió colocar la tragedia «delante de nosotros».
«No podemos permitirnos seguir retrocediendo y analizar las tragedias del siglo XX mientras que otras naciones de Europa están viviendo en el siglo 21», añadió Navracsis.
Las relaciones entre el gobierno nacionalista conservador y la comunidad judía de Hungría se enfriaron hace varios meses a raíz de un monumento en pleno centro de Budapest para recordar a las víctimas del nazismo.
La comunidad hebrea local considera que la estatua oculta la responsabilidad húngara en el exterminio de cerca de medio millón de judíos, que fueron deportados y asesinados por los nazis en pocos meses a partir de abril de 1944.
Muchos de los participantes de la marcha llevaban insignias en protesta contra el polémico monumento.
Aunque el Gobierno prometió negociar con las organizaciones judías sobre el monumento, las obras de construcción se iniciaron hace una semanas sin consultas algunas.
Con unas 100.000 personas, la comunidad judía de Hungría es una de las más grandes de la Unión Europea.
Mazsihisz, la principal organización judía del país, advirtió de que no participaría en las celebraciones oficiales por el 70° aniversario del inicio del Holocausto húngaro, a menos que el Ejecutivo modifique la estatua.
El Gobierno reconoció en los últimos meses la responsabilidad oficial en la masacre de ciudadanos húngaros.
En 1944, unos 430.000 judíos fueron llevados a Auschwitz en tren desde Hungría. La mayoría murieron inmediatamente en las cámaras de gas. Otros sufrieron la misma suerte del reto de los reclusos del campo: trabajos forzados, hambre y enfermedades que en la mayoría de los casos llevó a sus muertes.
La «Marcha por la Vida» comenzó en 1988 como un acontecimiento bienal, pero muy pronto comenzó a realizarse todos los años.
De acuerdo con los organizadores, hasta ahora casi 200.000 jóvenes judíos participado en la marcha.
Fotos: Gentileza OGP
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