El presidente de la Organización Sionista de América (ZOA), Mort Klein, afirmó que su entidad y otras agrupaciones judías están considerando continuar las protestas contra la ópera «The Death of Klinghoffer» por ser «antisemita».
El pasado lunes centenares de manifestantes, según los organizadores, se congregaron ante la Metropolitan Opera de Nueva York para protestar contra el estreno de esa obra, pues consideran que promueve «el odio a Israel y a los judíos».
La obra, dirigida por el estadounidense John Adams, está basada en el asesinato en 1985 del pasajero judío discapacitado Leon Klinghoffer en el Achille Lauro, un crucero italiano que fue secuestrado por cuatro miembros del Frente Popular para la Liberación de Palestina, y, según sus críticos, «glorifica a los palestinos».
Los manifestantes, que se sentaron en sillas de ruedas con un cartel que rezaba «Soy Leon Klinghoffer», estuvieron encabezados por el ex alcalde republicano Rudy Giuliani y reivindicaron la cancelación «inmediata» de la ópera bajo gritos de «vergüenza» y «terror no es arte».
Klein aseguró que alargar las protestas contra esa obra es necesario porque «es muy peligrosa, miente sobre Israel y sobre los judíos y puede incrementar el odio hacia este pueblo en un momento crítico».
«Si hubiera una ópera que dijera que los españoles son terribles, o que los negros son terribles, o que los homosexuales son terribles, estoy seguro que la suspenderían en un minuto. Es una pieza de propaganda racista», aseveró el presidente de la ZOA.
Por este motivo, Klein reveló que la organización que preside y otras agrupaciones judías de Nueva York están considerando alargar la protesta con otras concentraciones la semana próxima hasta que el Metropolitan Opera decida ordenar su cancelación, y aseguró que ya consiguieron muchas firmas para suspender la obra.
Según Klein, su organización tuvo una recepción «muy positiva» de la protesta, y auguró que la ópera tendrá una asistencia muy baja debido a ello, cosa que «ya se está notando por la bajada de precio de las entradas».
«El mensaje fue lanzado para los que hacen espectáculos promoviendo el odio hacia los judíos. Dimos un mensaje de cara al futuro para los que quieran volver a hacer un espectáculo antisemita», agregó.
El presidente de la ZOA manifestó haber visto la ópera en una cinta de vídeo y afirmó que, a su juicio, «es una basura y pura propaganda antisemita. Son gente mala y no hay nada más que decir».
El Metropolitan Opera de Nueva York negó las acusaciones de antisemitismo y aseguró que no «se inclinaría» ante las presiones, aunque el teatro canceló el pasado junio la retransmisión internacional de la controvertida ópera, cuyo eslogan publicitario reza: «Mira. Luego decide».
«The Death of Klinghoffer», basada en un libreto de Alice Goodman, se escenificó por primera vez en 1991 en el Teatro Real de la Moneda en Bruselas (Bélgica) y fue trasladada a la gran pantalla en 2003 por el director británico Penny Woolcock.
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