Dirigentes de diversos orígenes filiatorios políticos de la comunidad judía de Argentina consideraron que el ex vicepresidente 1º de la DAIA, Waldo Wolff, usó la posición en la institución para ingresar a la política local ocupando el 15° lugar en la lista a diputados bonaerenses de la coalición Cambiemos.
El rabino argentino Daniel Goldman consideró que si «alguien tiene un involucramiento partidario debe dar un paso al costado con un tiempo mucho más prudente que el coyuntural eleccionario porque da lugar a sospechar que su accionar previo estuvo teñido de la promesa de un puesto».
Cabe recordar que Wolff hizo pública su renuncia a través de su página de Facebook el viernes 19 de junio, un día antes de que venciera la presentación de las listas con los nombres postulados de cada lista política.
Abraham Kaul, ex presidente de AMIA, aseveró que la actitud de Wolff generó «un perjuicio muy grande a la dirigencia comunitaria» y consideró que «desde la irrupción del rabino (Sergio) Bergman en la política, muchos dirigentes utilizan el activismo comunitario como un lanzamiento a la política nacional. Y esto es negativo y repudiable porque busca un fin personal y no comunitario», agregó.
Kaul recordó que él también tuvo «ofrecimientos para ingresar a la política», pero dijo que no lo hizo «porque me parece que no es el camino. Hay cuestiones éticas que hay que respetar y quien no lo hace demuestra que utiliza a la comunidad judía como un trampolín a sus aspiraciones personales. Se monta sobre la comunidad».
El ex presidente de la mutual judía dejó asentada su duda sobre un interrogante concreto: «¿Cómo sabemos que a partir de la intención de su salto político no actuó bajo ese fin en sus acciones comunitarias previas?».
Por último, evaluó como «insuficiente el comunicado de la DAIA» en el que advirtió que nada de lo que diga Wolff representa a la organización.
Y fue más lejos: «si la DAIA no saca un comunicado de repudio a la actitud de Wolff, están avalando haber usado a la comunidad como trampolín», aseveró al recordar que «éste es el tercer caso en el que de la comunidad saltan a la política nacional, y los tres al PRO de Mauricio Macri», dijo en alusión a Sergio Bergman, Claudio Avruj y Wolff.
Dardo Esterovich, del movimiento Convergencia, aseveró que Wolff «no hizo más que sincerar su afinidad política con el PRO y, en cierta medida, explica algunas de las posiciones que ha tomado la dirigencia de la DAIA influida por su pensamiento».
Este experimentado dirigente oriundo de la comunidad judía de La Plata, consideró que «la diputación se la ofrecieron por su accionar en la DAIA. Y la única explicación es por las posiciones que ha sostenido como un elemento afín y potable a las posiciones del PRO, como dirigente de la comunidad judía».
José Adaszko, ex vicepresidente de AMIA, por su parte, se mostró «sorprendido».
«Me sorprende la decisión ya que siempre enarboló en su gestión que no había que entrometer la política nacional en la comunidad judía», dijo recordando la toma de posición original de Wolff, quien puntualizó que «la sustentabilidad y la independencia no es un tema menor» y, destacó que «la institución política por excelencia de la comunidad, representativa en temas de discriminación, de seguridad y políticos, tiene que ser esencialmente independiente para después poder obrar en consecuencia».
Para Susana Gelber, «Wolff se equivocó». La presidenta de Meretz en Argentina, la representación local del partido israelí Meretz, consideró que Cambiemos «lo eligió por ser vicepresidente de la DAIA».
«La búsqueda que hicieron de Wolff es por el alto perfil que tuvo este último tiempo en la DAIA. La política se ha personalizado y hay partidos que están a la pesca de referentes sociales que les puedan aportar votos», señaló.
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Sergio