Medios israelíes se hicieron eco del rescate secreto de la última familia judía que aún quedaba en Alepo, escenario clave de la guerra civil siria, tras la intervención de los servicios especiales y de un empresario.
Pese a que la familia pudo salir de Siria y alcanzar Turquía, la historia no tuvo un final feliz para todos sus miembros, pues a una de las mujeres no se le dio la bienvenida en Israel.
Los Hálabi eran última familia judía que quedaban en la ciudad siria de Alepo. La madre, de 88 años, sus dos hijas, el marido musulmán de una de ellas y sus tres hijos, se encontraban demasiado atenazados por el miedo como para intentar emigrar de esa ciudad, amenazada por el Estado Islámico (EI) y el Frente Jabhat al-Nusra.
Fue entonces cuando el empresario estadounidense-israelí, Moti Kahana, decidió sacar a la familia por la fuerza.
Los detalles de la operación no se revelan, aunque, según medios israelíes, el empresario se esforzó para que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lleven a cabo una operación especial en Alepo este año.
Fue así que tres soldados no identificados irrumpieron en la casa de la familia, gritando que vinieron a buscarlos y les permitieron llevarse consigo una bolsa por persona. Las mujeres se pusieron su hiyab, algo que el EI les exige bajo amenaza de castigo, y la familia se metió en un microbús que estaba esperando fuera de su casa.
Fue entonces cuando les revelaron el propósito de su misión. Según la información del empresario que promovió la operación, la familia estaba amenazaba de muerte por el EI por cuestiones religiosas. Los soldados repartieron pasaportes sirios entre los miembros de la familia, y el microbús se dirigió rumbo a Turquía, intentando evitar los bloqueos.
Salieron de Alepo a mediodía, cuando el fuego cesa para la oración, y el microbús fue parado en el primer retén organizado por Al Nusra, si bien la familia logró hacerse pasar por inmigrantes que huyen del Ejército sirio, contra el que lucha esta organización yihadista afiliada a Al Qaeda. El hombre que los detuvo incluso llamó a los siguientes retenes para que dejaran pasar al microbús.
Después de 36 hora de viaje, la familia alcanzó Turquía donde acudió a la Agencia Judía para Israel , que facilita el regreso de judíos al país. La madre y la hija mayor pudieron llegar a Israel, donde viven ahora.
Sin embargo, la hija menor, casada con un musulmán, no pudo acompañar a su hermana ni a su madre, ya que la Ley de Retorno no se aplica a las personas que se convirtieron a otra religión, en este caso al islam.
La mujer y su marido, así como sus tres hijos, pudieron quedarse en un campo para refugiados en Turquía y pedir el visado turístico a Israel, para intentar resolver su asunto allí. Sin embargo, prefirieron regresar a Siria.
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