El joyero ecuatoriano, Pedro Maldonado, se inspiró en técnicas de orfebrería inca para crear el sevivón (trompo hebreo) más valioso del mundo que gira sobre la punta de un diamante invertido. Maldonado recibió ese encargo especial de Shaina Stolik, esposa del rabino Leibel Stolik, de Palm Beach, en Florida, donde trabaja desde hace 25 años.
Heredero de una familia de maestros joyeros, Maldonado dedicó 150 horas de trabajo para crear este sevivón, valorado en 14.000 dólares, lo que lo convierte en el más caro del mundo, según el libro de Guinness.
En la tradición judía, durante Janucá (Fiesta de las Luminarias), adultos y niños se reúnen alrededor del sevivón que hacen girar a la luz de las candelas.
Para la pasada celebración de esta festividad judía, Maldonado entregó este sevivón de cuatro caras y tres pulgadas de alto, y que contiene 55 gramos de oro y 37 de plata, que engarzan 2 quilates de diamantes y 5,7 quilates por valor de zafiros, rubíes, granates y otras piedras preciosas.
Todos estos metales y piedras preciosas fueron donados por miembros de Jabad de South Palm Beach, mientras que Maldonado ofreció su tiempo de trabajo, valorado en más de 7.000 dólares.
A pesar del valor de la pieza, los integrantes de la congregación judía hicieron girar el sevivón en Janucá sobre el diamante invertido, incrustado sobre una «montura bastante fuerte que soporta el peso y el uso».
«El diamante ayuda a que el sevivón se mantenga en su lugar. No es ideal para que dé cientos de vueltas, pero sí gira», explicó sobre el mismo, que ya fue expuesto en sinagogas de Palm Beach y Nueva York.
Para el trabajo utilizaron una técnica de martillado tradicional de la joyería incaica, que se convirtió en el «fondo de la pieza» y que ya era utilizada hace cientos de años en la región de Cuenca (Ecuador) de donde Maldonado procede.
Pero en este sevivón el orfebre engarzó las técnicas de su país con la historia y las tradiciones judías.
«No quería algo muy simple, básico, había que hacer algo relacionado con la tradición judía, relacionado con el tiempo en el cual estos juguetes fueron inventados e hice una investigación al respecto. Para hacer el diseño, me inspiré en la arquitectura y el estilo de la Edad Media en la que fueron creados estos trompos», explicó.
En Estados Unidos, Maldonado (59) trabajó durante muchos años con el joyero Louis Tamis, cuya lista de clientes incluye a Cartier, Tiffany y Bulgari, entre otros.
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