Varios grupos de rabinos y líderes religiosos judíos están planificando protestar en el discurso que Donald Trump pronunciará en pro de Israel en Washington el lunes, ya que acusan al candidato presidencial de fomentar el odio.
Trump tiene programado dirigirse a la conferencia del Comité Israelí-Estadounidense de Asuntos Públicos (AIPAC) el lunes por la noche, y varios grupos están organizando boicots contra el discurso.
Los rabinos David Paskin y Jesse Olitzky organizaron una campaña de este tipo, llamada «Come Together Against Hate» (Unámonos en contra del odio), en respuesta al tema de la conferencia de «Come Together» (Unámonos).
La pareja y sus aliados crearon una página web y un grupo de Facebook para organizar una protesta que dicen que no está diseñada para afectar a AIPAC, sino para señalar su condena hacia Trump.
«Esto no gira en torno a las políticas, no gira en torno a los partidos. Gira en torno a una persona en particular, Donald Trump, quien anima e incentiva a la violencia en sus mítines de campaña», dijo Paskin, un rabino en Palm Beach Gardens, Florida. «Estamos contra el odio, la instigación al odio, los aspectos desagradables que envuelven esta temporada política», afirmó.
Paskin organizó un grupo de más de 300 rabinos, cantores, votantes y profesionales judíos que tienen planificado mostrar su desagrado hacia Trump. Él calculó que casi todas esas personas estarán en la cumbre anual de AIPAC.
Un portavoz de AIPAC no quiso hacer comentarios sobre la protesta planificada, pero dijo que el grupo tiene una «política antigua» de invitar a todos los candidatos presidenciales activos a su conferencia durante los años electorales como una oportunidad para escuchar sus comentarios sobre la relación entre Estados Unidos e Israel.
Otros grupos también se pronunciaron en contra de la asistencia de Trump a AIPAC, aunque no anunciaron oficialmente sus planes para protestar.
La Unión para la Reforma del Judaísmo (URJ), que representa la mayor denominación judía en Estados Unidos, emitió un comunicado en el que criticaba a Trump.
«En cada paso, el señor Trump opta por tomar el camino bajo, al sembrar semillas de odio y división en nuestro cuerpo politico», señaló el URJ e indicó que no apoya a candidatos.
El Comité Judío Estadounidense (AJC, por sus siglas en inglés), otra importante organización judía, publicó una declaración que condenaba «la violencia en la campaña presidencial», aunque no nombró expresamente a Trump.
«No sacamos analogías con el surgimiento del comunismo y el fascismo a la ligera, pero estos dos movimientos tiránicos llegaron al poder para reemplazar los gobiernos elegidos democráticamente, en virtud de las amenazas de, o de verdadera violencia contra sus oponentes», comunicó el AJC.
El plan de la campaña «Unámonos contra el odio» es ya sea dejar de asistir al discurso o salirse en silencio después de que presenten a Trump, luego reunirse afuera y estudiar una escritura judía acerca de lo que Paskin dijo, era lo «opuesto» a Trump: el amor y la decencia.
«Esperamos que miles de personas se unan a nosotros en esa protesta», expresó Paskin. «Vamos a dar el antídoto, creemos, a lo que Donald Trump está exponiendo».
Paskin agregó que se puso en contacto con otro rabino, Jeffrey Salkin, en Florida, que está planificando una protesta similar.
Salkin confirmó que él está organizando un boicot al discurso de Trump y que hizo un llamado a que los rabinos simplemente estén ausentes de la sala.
Dijo que si bien quiere demostrar que AIPAC es bipartidista y recibe a los políticos de ambos partidos, el hecho de que Trump dé un discurso no significa que el grupo aprueba su mensaje.
Al citar en parte las declaraciones de Trump sobre los inmigrantes, las mujeres y los refugiados, otro grupo de defensa israelí, J-Street, publicó una declaración en la que expresaba que «estos factores, en nuestra opinión, hacen que Donald Trump no sea apto para ocupar la presidencia de Estados Unidos».
La declaración agregó que «Trump y su campaña, impulsada por el racismo y el odio, están más allá de los límites de la aceptación de la gran mayoría de los judíos estadounidenses».
Trump es un imán para las críticas a lo largo de su campaña por los comentarios que hace y las políticas que apoya, entre ellas la de hacer un llamado a prohibir temporalmente que los musulmanes extranjeros ingresen a Estados Unidos e impedir el ingreso de refugiados sirios. También tuvo una relación tensa con la comunidad judía estadounidense en ocasiones. En otoño, pronunció un incómodo discurso ante la Coalición Judía Republicana y asumió posiciones que lastimaron al grupo de personas que están en pro de Israel, como negarse a prometer que el Estado judío mantendrá a Jerusalén como su capital íntegra.
La hija de Trump, Ivanka, está casada con un judío devoto que observa las costumbres, algo que el candidato menciona en su campaña.
Algunos manifestantes en sus eventos comenzaron a usar estrellas amarillas de David, una referencia a las etiquetas impuestas a judíos en la Alemania nazi antes del Holocausto.
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