«Mi prioridad número uno es anular el acuerdo con Irán. fui negociante mucho tiempo; sé como se hace una negociación y este acuerdo es catastrófico para EE.UU, Israel y Oriente Medio», afirmó el precandidato Donald Trump en la cumbre anual del Comité Estadounidense-Israelí de Actividades Políticas (AIPAC).
«El problema es que dimos al principal patrocinador de terror en el mundo 150 billones de dólares y no recibimos nada a cambio», añadió Trump en referencia al acuerdo nuclear con Teherán.
«Lo que el presidente Obama no entiende sobre el acuerdo con Irán es que presiona a sus amigos y premia a sus enemigos. Lo mismo ocurre con su presión a Israel sin poner muchas reglas sobre los palestinos, y de esa manera envalentona a organizaciones como el Estado Islámico y Hamás a tomarse el conflicto por sus manos», señaló.
Además, Trump garantizó su apoyo incondicional a Israel y endureció su postura contra los palestinos, después de que la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, y sus dos rivales en la carrera republicana a la presidencia de EE.UU, Ted Cruz y John Kasich, lo acusaran de ser «neutral» en ese conflicto.
Tanto Clinton como Cruz y Kasich prometieron en sus discursos que si llegan a la Casa Blanca no serán «neutrales» en el conflicto israelí-palestino, en referencia a Trump, que el mes pasado dijo en varias entrevistas que trataría de serlo para lograr una negociación eficaz en Oriente Medioo.
Pero, ante los miembros del lobby judío, Trump dejó atrás esa posición, al asegurar que no hay «ninguna equivalencia moral» entre Israel y los palestinos, que «cada día están apuñalando a israelíes e incluso a norteamericanos».
«Cuando sea presidente, los días de tratar a Israel como un ciudadano de segunda clase se acabarán desde el primer momento», prometió el líder en la carrera republicana para las elecciones presidenciales de noviembre.
En un discurso más elaborado de lo habitual para él, Trump aseguró que vetará cualquier intento de la ONU - organismo que calificó de «débil e incompetente» - de «imponer su voluntad» en eventuales tratativas de paz entre israelíes y palestinos mediante una resolución que establezca los términos de las negociaciones.
«Mientras que Israel fue «muy generoso» en los sucesivos intentos de negociación, entre los palestinos «cada día hay una incitación rampante a la violencia y en sus "escuelas y mezquitas hay una cultura de odio que lleva años fermentando», aseguró.
«Los palestinos deben llegar a la mesa sabiendo que el vínculo entre Estados Unidos e Israel es irrompible. Deben llegar decididos y capaces de detener el terror que se comete a diario contra Israel y decididos a aceptar que Israel es un Estado judío», agregó.
Trump también prometió que trasladará la embajada norteamericana que está en Tel Aviv a «Jerusalén, la eterna capital de Israel», algo por lo que muchos republicanos abogan pero que Estados Unidos se resistió hasta ahora a hacer debido al reclamo palestino sobre la parte este de la ciudad.
Fuera del estadio de Washington donde 18.000 personas lo escuchaban, cientos de personas protestaron contra el magnate y su retórica xenófoba contra los inmigrantes y los musulmanes, mientras que el rabino ortodoxo Shmuel Herzfeld fue expulsado de la audiencia tras gritar: «¡No escuchen a este hombre, es malvado!».
Pero el discurso de Trump también despertó numerosos aplausos y ovaciones entre los asistentes a la conferencia, gratamente sorprendidos por la postura del candicato.
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