El pueblo judío se apresta a festejar entre el anochecer de este domingo y el martes, con la salida de la primera estrella, el Rosh Hashaná o Año Nuevo Judío 5773, con sus tradicionales servicios religiosos y las comidas familiares.
La celebración recuerda la creación del mundo y la aparición del primer hombre en el sexto día de la misma, según el relato de la Biblia, y señala el comienzo de un período de diez días de reflexión - Iamim Noraim (Días Terribles, en hebreo) - hasta Yom Kipur o Día del Perdón.
La religión judía enseña que sus devotos deben responder ante sí, ante los otros y ante Dios por los pecados que cometieron o lo bueno que omitieron hacer. Las ofensas a Dios son perdonadas - o no - por Dios y las hechas contra sí mismo o el resto de los mortales, por la propia conciencia; pero recibir - o no - el perdón de los semejantes, dependerá de la voluntad de cada ofendido.
De tal forma, el balance no se hace en la vejez, al finalizar la vida, sino cada año nuevo, y esto tiene el sentido de querer avanzar, un poco cada vez, en el camino de la rectitud.
Rosh Hashaná plantea mediante el juicio o evaluación propia anual, un camino hacia la virtud humana. Entre Rosh Hashaná y el Día del Perdón transcurren diez días de arrepentimiento que deben conducir a una pacificación espiritual.
El pueblo judío celebran Rosh Hashaná con la casa limpia y una mesa muy bien servida en la que se destacan los dulces, para que así sea también el sabor del año que se inicia.
Durante Rosh Hashaná se establece la fe del pueblo para el año entrante. Los diez días previos a Yom Kipur se dedican a cambiar el veredicto mediante la oración, el pedido de perdón y solicitud de la absolución de los votos.
Durante el primer día de Rosh Hashaná, el pueblo realiza el Tashlij (arrojar, en hebreo). Se trata de un ritual simbólico que consiste en despojarse de los pecados del año anterior arrojando migas de pan u otro alimento a un recipiente de agua que circule. Así como el agua se lleva las migajas, los pecados son llevados simbólicamente.
De esta manera, el pueblo judío espera comenzar el año nuevo con la pizarra en blanco.
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5773
Iamim Noraim 5773
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