Julio Schlosser fue elegido como nuevo presidente de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas), al imponerse en las elecciones de la entidad con 65 votos, contra los 43 obtenidos por la lista encabezada por Claudio Avruj y un importante número de abstenciones, producto de que muchas entidades no lograron acuerdos internos sobre a quién votar.
Schlosser, quien se desempeña actualmente como vicepresidente de la DAIA, asumirá su cargo, en reemplazo de Aldo Donzis, el próximo 20 de noviembre y su gestión se extenderá hasta 2015.
El nuevo presidente estará acompañado por Waldo Wolff (presidente de FACCMA, que agrupa a los clubes) como vicepresidente primero, Jorge Knoblovits como secretario general y Mario Comisarenco como tesorero, en los principales cargos del nuevo Consejo Directivo.
La Asamblea Electora de la DAIA estuvo integrada por las 85 instituciones adheridas que cumplieron los requisitos estatutarios - estar al día en el pago de las cuotas sociales - y las filiales DAIA del interior.
En una elección indirecta como la de la DAIA - cada entidad tiene una cantidad de votos de acuerdo con su número de asociados, con un máximo de cinco sufragios -, Schlosser se apoyó en tres patas para triunfar: los clubes, las sinagogas «conservadoras» - progresistas, pero fuera de la órbita de las que maneja el rabino Sergio Bergman, que apoyó a Avruj - y las comunidades del interior.
Ambos candidatos coincidieron en su intención de reducir la dependencia de los fondos públicos y criticaron la política de acercamiento que está llevando el gobierno nacional respecto de Irán y el diálogo iniciado acerca de investigación por el atentado a la AMIA.
«El objetivo es no depender ni del Gobierno ni de Macri. Si no somos capaces de conseguir 400.000 pesos por mes es porque no servimos. La DAIA la tienen que sostener los judíos, y no puede ser que el Gobierno baje pauta publicitaria o no según quién gane los comicios», había señalado Schlosser pocos días antes de las elecciones, en declaraciones un matutino porteño.
Por su parte, Avruj, actual secretario de Derechos Humanos del Gobierno capitalino de Mauricio Macri, y que había recibido para estas elecciones el apoyo del PRO a través del legislador y rabino Sergio Bergman y de las entidades más vinculadas con la ortodoxia religiosa, fue director ejecutivo de la DAIA en la década de los '90.
Hasta la elección anterior se votaba cargo por cargo, pero una reciente modificación del estatuto impuso que se formaran listas con los cuatro cargos principales: presidente, viceprimero, secretario y tesorero. El resto de la «tira» se votaba de a uno, pero la lista de Avruj sorprendió retirando la postulación de todos sus candidatos.
Los comicios se desarrollóaron sin incidentes y en un clima de cordialidad que hizo olvidar los cruces - algunos rayanos con el libelo y la difamación - que se produjeron semanas antes.
Las acusaciones más corrientes contra Avruj lo sindicaban como poco menos que de títere de Macri, pese a que aseguró no pertenecer al PRO.
Del otro lado, se acusó a Schlosser de estar financiado por empresarios vinculados al Gobierno nacional.
El dirigente electo aseguró que mantendrá a la DAIA fuera de las disputas políticas nacionales y se abocará a su tarea específica: luchar contra la discriminación.
Notas relacionadas:
DAIA: Atentado y después… Dilema moral y acción política
DAIA y AMIA repudian caricatura antisemita en «Página 12»