Al menos 10.000 ciudadanos de Hungría - más del doble de la cifra usual en este tipo de concentraciones según fuentes policiales citadas por medios locales - marcharon en Budapest durante la conmemoración anual del Día del Recuerdo de los más de 400.000 judíos húngaros víctimas del Holocausto nazi.
Este año, la marcha se realizó en medio de los temores de un creciente antisemitismo en el país.
El Congreso Mundial Judío informó que realizará su asamblea en Budapest el próximo mes para mostrar solidaridad con los judíos de Hungría, la comunidad judía sobreviviente más grande del este de Europa.
La invitada especial al evento fue Agnes Hirschi, hija del diplomático suizo Carl Lutz, quien durante la Segunda Guerra Mundial salvó la vida de más de 60.000 judíos húngaros.
Hirschi aseguró que su padre ayudó «a todos, sin hacer distinciones», muchas veces poniendo en peligro su propia vida.
Gábor Gordon, presidente de la Fundación «Marcha por la Vida» llamó a actuar contra el racismo y el antisemitismo.
«Nunca más racismo y nunca más antisemitismo en Hungría», recalcó Gordon ante los participantes, que llevaban banderas húngaras, europeas, israelíes y suizas.
Durante el día, unos 50 miembros de un grupo de moteros de ultraderecha se reunieron en el centro de la ciudad, desde la que estaba prevista partir una marcha, bajo el nombre «dar gas», que fue previamente prohibida por las autoridades.
La organización judía «Mazsihisz» había denunció que ese lema, «dar gas», aludía a la muerte de más de 400.000 judíos húngaros asesinados en el campo de concentración de Auschwitz con gases letales.
La policía tuvo que intervenir para evitar otra marcha convocada para celebrar el aniversario del nacimiento de Adolf Hitler.
En la «Marcha por la Vida», que se celebra en Hungría desde 2002, participaron miembros del Gobierno, políticos, y diplomáticos.
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