El partido de ultraderecha Jobbik - Movimiento por una Hungría Mejor, erigió un gran busto de bronce en Budapest en recuerdo del ex presidente húngaro Miklos Horthy, quien colaboró con el régimen nazi y permitió la deportación de judíos hacia los campos de concentración y exterminio.
Uno de los convocantes del homenaje a Horthy fue el viceportavoz de Jobbik en el Parlamento, donde es la tercera fuerza política, Marton Gyongyosi, quien tuvo que retractarse el año pasado después de pedir la elaboración de un registro con los ciudadanos húngaros de origen judío.
Horthy es uno de los símbolos de la ultraderecha húngara, que atribuye a sus 24 años de gobierno la recuperación del país tras la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, pronto se alió con la Alemania de Adolf Hitler y en 1944, con la ocupación nazi y aún bajo el mandato de Horthy, las autoridades húngaras deportaron a unos 437.000 judíos húngaros en sólo 56 días.
«Llamar a Horthy criminal de guerra es injusto y erróneo desde el punto de vista histórico», afirmó el representante de Jobbik, Lorant Hegedus, en declaraciones citadas por el diario israelí «Haaretz».
«No fue tratado como criminal de guerra en Nüeremberg, así que ¿por qué hacerlo ahora?», preguntó Hegedus.
Horthy testificó en los juicios de Nüeremberg tras la Segunda Guerra Mundial, pero no fue imputado y murió en el exilio, en Portugal, en 1957. Para Gyongyosi «Horthy fue el estadista húngaro más grande del siglo XX».
En respuesta a este acto, aproximadamente un millar de manifestantes expresaron su repulsa al mismo y también desde el gubernamental partido de centro-derecha, Fidesz - Unión Cívica Húngara, se lo criticó duramente.
«Es escandaloso que unos cuantos fascistas levanten una estatua a Horthy, responsable del dominio nazi y del Holocausto en Hungría», afirmó Bence Kovacs, un joven manifestante que lucía una estrella de Daviv amarilla en el pecho en homenaje a los judíos perseguidos.
El alcalde de Budapest, Antal Rogan, de Fidesz, señaló que el busto es una provocación. «Esto dará a la prensa de izquierdas de Europa occidental una excusa para denunciar el antisemitismo y retratar a Hungría con una imagen negativa», argumentó.
Jobbik cuenta actualmente con 45 de los 386 escaños del Parlamento, controlado por mayoría absoluta por el partido del Gobierno, Fidesz, pero los sondeos auguran un importante descenso del apoyo al centro-derecha y un ascenso de la ultraderecha.
Está previsto que en abril o mayo de 2014 se celebren nuevas elecciones legislativas en las cuales Jobbik conseguiría entre el 8 y el 9% de los votos, según las encuestas.
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