Tres paquetes con otras tantas cabezas de cerdo en su interior fueron enviadas a la sinagoga de Roma, a una exposición sobre la cultura judía y a la embajada de Israel, aunque ésta fue interceptada por la policía antes de que llegara su destino, según fuentes de ese cuerpo de seguridad citadas por el diario «Israel Hayom».
La sinagoga se encuentra en el que fuera Gueto de Roma, donde 1.024 judíos fueron arrestados y llevados a los campos de exterminio nazis de Europa en 1943.
También la comunidad católica de San Egidio, habitual mediadora en conflictos bélicos, fue blanco de grupos antisemitas ya que albergaba un exposición sobre la milenaria cultura judía.
Además de las cabezas de cerdo, los paquetes contenían también un papel con frases referentes a la economía judía, a las deportaciones y al padre del sionismo, Theodor Herzl.
Los paquetes llegaron en vísperas de la conmemoración del Día Internacional del Holocausto, el 27 de enero, fecha en la cual, en 1945, las tropas soviéticas entraron en el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, el último que todavía funcionaba.
Además, sobre los muros de un barrio del norte de Roma aparecieron una cruz esvástica y escritos antisemitas como «Holocausto, mentira» o uno dirigido a Ana Frank, escrito con un hache de más «Haana Frank, mentirosa».
La Fiscalía de Roma está a la espera de un informe policial que pueda aportar datos sobre lo ocurrido.
Una vez conocida la noticia, Italia, un país muy ligado a los judíos, y sus instituciones reaccionaron inmediatamente y con contundencia.
Según «Israel Hayom», la ministra de Integración, Cecile Kyenge, de origen africano, expresó su solidaridad con el rabino de Roma, Riccardo Di Segani, al presidente de la comunidad judía de la ciudad, Riccardo Pacifici, «por la enésima horrible ofensa dirigida a toda la colectividad».
Kyenge solicitó al ministerio competente que agilice todas las gestiones para aclarar quién o quiénes fueron los autores de semejante ultraje «porque no podemos tolerar estos actos, sobre todo, en la semana dedicada a la Shoá».
Los medios de comunicación informaron que la policía favorece la tesis de que se trata de la acción de un grupo de extrema derecha y no de un individuo.
Tras las declaraciones de Kyenge, el primer ministro de Italia, Enrico Letta, se comunicó con Pacifici, para expresarle a él y a toda la comunidad «solidaridad y cercanía» por las amenazas sufridas.
A su vez, el alcalde de la ciudad, Ignazio Marino, comentó a través de su cuenta en Twitter que «quien ultraja a la comunidad judía ofende a Roma».
Para el sindicato mayoritario de Italia, el Cgil «estas acciones vergonzosas, que se deben aclarar y encontrar lo antes posible a los responsables, asumen un significado todavía más grande porque se perpetraron en vísperas del Día Internacional del Holocausto.
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