La artista israelí Natali Cohen Vaxberg fue detenida cinco veces en un año por un video que publicó en Facebook en el que aparece defecando sobre varias banderas, entre ellas la israelí y la palestina. La policía presentará cargos contra la anarquista por «profanar un símbolo nacional».

Los investigadores no dijeron nada sobre el resto de los estandartes.

La artista fue detenida en noviembre de 2014, pero un tribunal ordenó su liberación el mismo día al entender que su actuación no justificaba la privación de su libertad.

Desde entonces fue arrestada en otras cuatro ocasiones, por vídeos similares o por denuncias ciudadanas en varias ciudades del país.

En la última, la detención no se debe a una nueva denuncia sino a un interrogatorio dentro de la investigación que se está llevando a cabo para imputarle un delito, que lleva a cabo la unidad policial contra crímenes cibernéticos.

La artista aseguró que se negó a explicar a los agentes el significado de su «performance».

«Cagar en la bandera israelí me ha hecho más feliz de lo que nunca estuve en mi vida», dice Cohen en un documental que recoge varios de sus provocativos videos, en los que aparentemente empieza a defecar en una multitud de banderas, incluyendo la paletina, la de Arabia Saudita y la de otras naciones del mundo.

«La caca fue como una bomba aérea, la más divertida de mi vida. Sentí que tenía significado, que estaba haciendo algo importante», dice, antes de explicar que, una vez hecho el video, lo dejó apartado, esperando el momento adecuado.

«Cuando Israel invadió Gaza con tropas terrestres en el verano de 2014 decidí difundirlo», porque en aquel momento era necesario «un mensaje antinacionalista», afirmó.

«La caca es un tabú a pesar de que todos hacemos. Si para sacar afuera nuestros instintos de odio defecáramos en banderas en lugar de matarnos, oleríamos mal, pero viviríamos en un paraíso», dijo Vaxberg en una entrevista al Canal 10 israelí.

Hace poco, cinco policías golpearon su puerta hasta abrirla, la detuvieron y estuvo en una comisaría toda una noche.

«Estar encerrada no fue fácil, pero lo que otros experimentan es mucho peor, así que, ¿cómo puedo quejarme?», preguntó.

«Deshonrar banderas, emblemas o himnos nacionales está penado con multas y con un máximo de un año de prisión, según establece una ley que data de 1949. Pero sucede a menudo en eventos deportivos y nadie puede encarcelar a 50.000 personas», aseguró.