El uso de células madre ayuda a que personas condenadas a estar ciegas por degeneración macular vuelvan a ver, así como a evitar fallecimientos de pacientes que esperaban un trasplante de corazón al regenerar ese órgano, gracias a investigaciones que se desarrollan en el Hospital Hadassah de Jerusalén.
El director del centro médico, el profesor Eitán Kerem, dijo que cuentan con cinco escuelas de medicina donde realizan estudios cuyos resultados revolucionarán el mundo de la medicina.
En Hadassah también investigan las posibilidades curativas de enfermedades vinculadas con deterioros neurológicos; por ejemplo, un estudio reveló que las células madre también pueden ayudar a recuperar la movilidad a gente que padece esclerosis múltiple (EM) o esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Kerem explicó que en cardiología las células madre tienen la capacidad de regenerar corazones que ya no funcionan.
«Nosotros inyectamos células para lograr que esas venas cerradas tengan la posibilidad de volver a bombear sangre», detalló el experto.
También lograron que «cuando esas venas ya están muy deterioradas se construyan nuevas células a partir de las madre, recuperando el ritmo cardiaco normal, adecuado, del corazón».
«En ese ámbito la investigación está muy avanzada, al grado de que las fracturas cardíacas severas que se presentan en gente de edad avanzada se eliminaron» aseguró Kerem.
«Registramos a personas que ya no necesitan un trasplante de corazón, pero quiero aclarar que, como todo método científico, requiere mayor investigación; todos nuestros estudios al respecto están muy avanzados con humanos y esperamos que el beneficio para las personas se observe a partir de los siguientes 10 o 15 años», acotó el especialista.
En el área en que se encuentran muy avanzados es en revertir la degeneración macular, una de las enfermedades comunes a partir de los 55 años, caracterizada por el daño en los vasos sanguíneos oculares.
«A través de inyecciones directamente en el ojo hemos desarrollado una tecnología que permite a las personas recuperar la vista. Es gente que estaba ciega y cuyo proceso parecía irreversible», explicó.
«Pueden volver ver, eso es absoluto; ya existe y se está usando dentro de la práctica médica», resaltó el experto, tras referir que las células madre son obtenidas de la médula ósea, pero también de placentas, embriones, fetos o cordón umbilical.
«Algunos de los logros ya están al servicio de la salud pública, como devolver la vista a los ciegos, pero otros esperamos que se coloquen en los próximos años, hay un proceso largo entre lo logrado en el laboratorio y que eso llegue directo a las personas», señaló.
Las células madre de médula ósea también se aplicaron en pacientes con EM o ELA en fase intermedia, logrando detener la inflamación en más de una veintena de ellos que participaron en el protocolo.
«Las neuronas que ya están afectadas por esos males mantienen ese daño irreversible; sin embargo, el logro obtenido en modelos experimentales es que a través del uso de células madre es posible efectuar una especie de cultivos y reintroducirlas como autólogas en la médula ósea suplantando a las dañadas», aclaró Kerem.
Según los primeros datos publicados, los pacientes que participaron en los protocolos recibieron 64.4 millones de células madre mediante inyección y, después de un seguimiento de 25 meses, se observó en resonancias magnéticas que comenzaron a recuperar los movimientos perdidos y que los efectos adversos fueron muy pocos, como fiebre y dolor de cabeza.
«Trabajamos con enfermedades severas neurológicas. El principal tratamiento que ayuda a los enfermos con EM fue creado en Israel, ahora trabajamos con las células madre para recuperar las de los nervios perdidas para que la gente recupere su movilidad», añadió.
«Tenemos una investigación paralela sobre padecimientos autoinmunes para frenar el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas y no paramos en las primeras fases; queremos que aquellos que dejaron de moverse vuelvan a caminar», aseveró.
Kerem consideró que la dificultad del avance científico que representan las células madre va a ser que en algunas partes del mundo se adopte ese método.
«Es tema que abre un dilema ético. Según la tradición cristiana, la vida comienza desde el momento de la concepción y por eso no utilizan células madre; en la tradición judía, la vida comienza a los 40 días de la concepción, por eso se pueden usar células madre para investigación y tratamiento», precisó el directivo del Hospital Hadassah, que cuenta con 700 médicos y 700 investigadores.
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