Una técnica pionera capaz de destruir tumores a través de su transformación en «bolas de hielo» permite el tratamiento de pacientes con cáncer de mama sin necesidad de cirurgía. El sistema fue desarrollado por la compañía israelí IceCure Medical.
De acuerdo con el diario británico «The Telegraph», especialistas internacionales comenzaron ya a tratar mujeres que sufren de dicha enfermedad recurriendo a este método.
La nueva técnica utiliza una aguja enfriada hasta cerca de 170C que congela y descongela repetidamente los tumores, dañando así los tejidos enfermos hasta exterminarlos. Según los médicos, no es necesaria la anestesia general y el tratamiento puede ser ejecutado en cerca de 15 minutos.
Este sistema vanguardista puede constituirse en una alternativa viable a la cirurgía, que deja cicatrices y cuyo tiempo de internación pos-operatorio es siempre superior a una semana.
En declaraciones a «The Telegraph», los científicos que descubrieron esta técnica explicaron que la aguja es enfriadada al recibir nitrógeno líquido a través de tubos de pequeñísimas dimensiones. Después, los cirujanos pueden controlar el tamaño de la «bola de hielo» producida, garantizando que todo el tumor sea congelado.
«Las células del cuerpo humano están en su mayoría compuestas por agua, lo que significa que se congelan», explicó Hezi Himmelfarb, de la empresa IceCure Medical. «Otros experimentos recurrieron al calor para destruir las células cancerosas, pero esos tratamientos pueden llegar a ser muy dolorosos porque nuestro cuerpo es muy sensible a las altas temperaturas», agregó.
Por el contrario, señaló Himmelfarb, «el frio tiene un efecto anestésico, por lo cual los pacientes casi no sienten dolor antes o después del tratamiento. Con este sistema - aseguró - es posible tratar tumores cuyo tamaño sea superior al de una pelotita de golf.
La técnica ya fue usada en tumores benignos y, recientemente, el equipo dio inicio a un ensayo clínico con 30 pacientes con cáncer de mama maligno.
«Esta técnica se destaca por ser mínimamente invasora y relativamente rápida, además de destruir el tumor sin dañar los tejidos sanos. La cicatriz es casi impercetible. Una vez que la aguja es introducida, el tumor no necesita ser removido», añadió Himmelfarb.
El nuevo sistema ya fue aprobado para ser utilizado en Estados Unidos y, de acuerdo con sus responsables, la empresa IceCube Medical está a la espera de conseguir la aprobación europea en 2013.
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