Una vida sexual satisfactoria es la meta de toda pareja, pero en ocasiones se ve afectada por hábitos comunes que se llevan a cabo día a día.
Aunque forman parte de la rutina diaria, los hábitos son acciones que pueden ser benéficas para la salud física y emocional, pero otras tienen la capacidad de ir minando la vida sexual del individuo, aún más que la costumbre y los prejuicios.
Un grupo de expertos del Departamento de Neurobiología del Instituto de Weizmann de Rehovot, en Israel, dirigidos por el profesor Tzví Vogel, presentó un informe que incluye cinco hábitos que podrían dañan la vida sexual del ser humano.
Llorar
Los investigadores descubrieron que los hombres, al oler las lágrimas, su excitación sexual se reduce de manera dramática. Esto se debe a que al llorar, la testosterona declina significativamente en regiones cerebrales asociadas con la excitación sexual.
Andar en bicicleta
De acuerdo con la investigación realizada, los asientos de las bicicletas están diseñados de tal modo que el peso del ser humano puede llegar a comprimir los nervios y vasos sanguíneos del área del perineo - el suelo de la pelvis -, que son necesarios para el buen funcionamiento de los órganos sexuales.
Tomar café
El consumo excesivo de café puede dañar las glándulas adrenales, las responsables de producir ciertas hormonas de estrés. Con el tiempo, si el funcionamiento de estas glándulas baja, otras hormonas en el cuerpo, como las sexuales y de tiroides se afectan, disminuyendo la calidad en la vida sexual.
Beber gaseosas
El estudio vincula la soda con la depresión, una condición que afecta el deseo sexual.
Uso de alta tecnología
La vida en pareja también se ve perjudicada por el High Tech, y es que, según explica Vogel, «se está volviendo una práctica común dar las buenas noches a la computadora en vez de a la persona que duerme a nuestro lado». Según el informe, en Israel el 72% de los habitantes entre 13 y 75 años se van a dormir junto a su celular.
De acuerdo con Vogel, profesor emérito de Sexología del Instituto Weizmann, una estrategia para mejorar la vida sexual es que las parejas se animen a buscar en cada persona que la integra las zonas que más les generan placer en sus cuerpos, sus fantasías y que sean honestos a la hora de expresarse mutuamente lo que desean realizar o experimentar.
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