El ministerio israelí de Finanzas emprendió un plan para tratar de desinflar la burbuja inmobiliaria, que en los últimos años duplicó el valor de la vivienda y erosionó la capacidad adquisitiva de la clase media.
La medida, presentada por el ministro de Finanzas, Yair Lapid, y avalada por una comisión ministerial a cargo de vigilar la burbuja, anulará completamente el pago del IVA de los departamentos con un precio inferior a los 1,6 millones de shékels (460.000 dólares).
Con un coste de 2.000 millones de shékels (unos 571 millones de dólares) para las arcas públicas, también anula el IVA para la «primera vivienda» de parejas jóvenes con hijos o solteros mayores de 35 años, en ambos casos siempre y cuando hicieron el servicio militar obligatorio.
Esta última condición desató las protestas de la minoría árabe-israelí y de la comunidad ultraortodoxa, cuyos jóvenes no suelen reclutarse.
Ambas comunidades se quejan de que se trata de una política discriminatoria y anunciaron que apelarán a la Corte Suprema, órganismo que en circunstancias similares respaldó al Gobierno.
«Sólo desde 2009 el precio de la vivienda subió un 64%. Esto no es una subida de precio, es todo un sistema inventado por el Estado y al que el Estado pondrá fin», afirmó Lapid al presentar su plan.
El proyecto de intervención, que requiere aún legislación, tampoco cuenta con un claro apoyo del primer ministro, Binyamín Netanyahu, que propuso otra idea que no cueste tanto a las arcas públicas y que ayude a rebajar los precios sin incurrir en discriminaciones.
Netanyahu propone la licitación de tierras públicas bajo un estricto control y de forma subsidiada, de manera que el precio final de la vivienda sea conocido de antemano e inamovible, y en caso de que se ocasione algún tipo de pérdida a la constructora sea el Estado el que absorba el daño mediante un descuento en el precio del terreno.
Este segundo plan será estudiado por una comisión técnica que entregará sus conclusiones dentro de varias semanas, y podría ser ejecutado a la par que el de Lapid, que se encontró también con la oposición de la governadora del Banco de Israel, Karnit Flug.
La entidad emisora israelí, que hace dos años limitó severamente la concesión de hipotecas, lleva años advirtiendo que el Gobierno debe adoptar políticas para ampliar la oferta de la vivienda y no esperar a que la burbuja estalle.
Flug cree que el plan de Lapid, más allá de que no beneficia a los menos pudientes - entre ellos árabes y ultraortodoxos -, no será efectivo porque alienta la demanda sin ampliar la oferta.
La alta funcionaria afirmó que el plan de Lapíd conducirá, tras un breve período de descenso, a una nueva subida de precios de la que sólo se beneficiarán las constructoras.
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