«Los precios de la vivienda se dispararon en Israel y el primer ministro Binyamín Netanyahu hizo muy poco para abordar el problema», escribió el contralor del Estado, Yosef Shapira, en un informe publicado que representa una nueva bofetada para Netanyahu en plena campaña electoral de las elecciones del 17 de marzo.
«La mala planificación del Gobierno y el desprecio por la clase media tuvieron un papel clave en que se produjera una crisis inmobiliaria enorme en Israel, hecho que podría tener un impacto devastador en toda la economía», según Shapira.
En un documento de 294 páginas, el contralor advirtió que la clase media podría quebrarse y esto tendría un efecto definitivo y muy nocivo en la economía del país en su conjunto.
Shapira aseguró que faltan decenas de miles de departamentos y que el Gobierno no hizo casi nada entre 2008 y 2014 para abaratar los precios de alquiler y de compra de viviendas.
El informe muestra una imagen de ineficiencia de la administración que condujo a una fuerte subida de los precios de la vivienda que se inició en 2008, al final del mandato de Ehud Olmert como primer ministro, y continuó y se disparó hasta final del 2014, durante seis años de mandato consecutivo de Netanyahu.
«La proporción de los gastos de alquiler para aquellos en los niveles medios aumentó del 21% en 2008 al 26% en 2012 - un aumento del 24% en el precio de la vivienda -, y esta cifra se acerca al umbral del 30%», señaló el informe.
El documento destacó que «si esta tendencia de aumento de los precios de la vivienda continúa y la tendencia al alza de los salarios es más moderada, más sectores de la población estarán expuestos a riesgos financieros que puedan interferir en su capacidad para cumplir con estos gastos».
Del 2008 al 2013, los precios de los alquileres aumentaron un 30% y los de la compra de vivienda, un 55%.
Shapira indicó que, según datos del Ministerio de Vivienda y Construcción, en 2008 - durante el gobierno de Olmert -, los israelíes necesitaban 103 salarios mensuales para comprar un departamento, mientras que a finales del 2013 necesitaban 137 salarios. En la actualidad, requieren 148 salarios, mientras que el promedio en Estados Unidos, Reino Unido y Holanda es de unos 65.
Las consecuencias de esto podrían ser muy perjudiciales para la clase media y los más desfavorecidos.
«La carga de los gastos de vivienda puede tener implicaciones para la vida y el bienestar del individuo, y su solidez económica a largo plazo. Si estas tendencias continúan, podrían afectar negativamente a toda la economía», aseguró Shapira.
«Entre enero del 2008 y diciembre del 2013 se produjo un aumento real de precios de la vivienda con una tasa de incremento del 9% anual. Esta tasa es significativamente mayor a la del aumento en los últimos 47 años», añadió el informe.
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