El ministro de Turismo israelí, Yariv Levín, se reunió con el embajador ruso en Israel, Alexander Shein, y pidió su colaboración para promocionar a Israel como destino turístico entre los ciudadanos rusos, según informó «Yediot Aharonot».
Shein prometió a Levin ayudar a promover la iniciativa junto a las autoridades rusas, según indicó el rotativo. Para el diplomático, Israel es una alternativa excelente para turistas rusos y las relaciones entre Rusia e Israel son muy importantes a nivel social y cultural.
La única preocupación es si los hoteles en Israel están preparados para atender el previsible aumento repentino del número de turistas de Rusia.
Por lo que respecta a los servicios, los turistas rusos pueden ser atendidos en Israel en su lengua con facilidad, ya que en el Estado judío viven más de un millón de personas de origen ruso y su idioma es el más hablado tras el hebreo y el árabe.
Levín transmitió personalmente a Shein una invitación para que los clubes de fútbol rusos vengan a entrenar a Israel en lugar de hacerlo en Turquía.
El Ministerio de Turismo israelí firmó recientemente unos acuerdos con Rusia para que aviones charter rusos aterricen en el aeropuerto de Uvdá, cerca de la localidad costera de Eilat, en el Mar Rojo.
Las agencias turísticas israelíes temen que Israel no esté preparado para ofrecer a los turistas rusos las mismas condiciones de «todo incluido» que encuentran en Turquía o en el Sinaí, donde los precios, además, son más baratos que en Israel, un país con un costo de la vida muy alto.
Israel ya recibe visitas continuadas de turistas rusos, sobre todo de grupos interesados en visitar lugares sagrados para cristianos ortodoxos como la Iglesia dela Natividad de Belén o el Santo Sepulcro de Jerusalén.
«Los turistas rusos también están interesados en visitar sitios como el Mar Muerto, muy frecuentado por grupos. Creo que se les puede ofrecer un buen paquete de estancia en esa zona donde hay hoteles con spa y tratamientos estilo balneario», explicó Levín.
El atentado contra un avión de una compañía rusa que llevaba a bordo a 224 personas, en la península del Sinaí, provocó una caída drástica del turismo en Egipto, y la tensión surgida entre Rusia y Turquía después de que los turcos derribaran un avión de combate ruso podría causar una disminución de las visitas rusas a Turquía.
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