Un zumbido se escuchó en el auditorio cuando un dron sobrevoló las cabezas de cientos de empresarios que asistieron a la cumbre comercial China-Israel en Beijing. Cuando llegó al estrado, el aparato dejó caer una llave en las manos de Amir Gal-Or, un empresario israelí que estaba haciendo sus declaraciones iniciales.
«Esta llave es un símbolo de algo muy pequeño, pero espero que abra algo muy grande», dijo Gal Or, fundador y director del Grupo Infinity, una compañía de capital privado China-Israel.
Gal Or se refirió a la cooperación en innovación de largo plazo entre China e Israel, dos países que consideraron el espíritu emprendedor como una estrategia de crecimiento futuro clave.
Aunque ambas naciones son diferentes geográfica y culturalmente, la innovación está uniendo a ambos países a un ritmo sin precedentes.
En la primera Cumbre de Innovación e Inversión de Tecnología China-Israel el 5 y 6 de enero en Beijing, los empresarios alinearon sillas extras a lo largo de la pared trasera de la sala de conferencias atestada. Afuera de la sala, empresarios israelíes estaban ocupados intercambiando tarjetas de presentación con sus homólogos chinos a la espera de hallar socios potenciales.
El entusiasmo de ambas partes no surgió de la nada. Los inversionistas chinos comenzaron a inyectar a una velocidad sorprendente dinero en las industrias de alta tecnología israelíes reconocidas mundialmente.
Alrededor de 40% de todo el capital de riesgo que fluye a Israel provino de China en 2015, de acuerdo con Ziva Eger, directora de la división de inversiones extranjeras y cooperación industrial del Ministerio de Economía de Israel.
«En 2016 será mucho mayor que eso, (la inversión de China) probablemente se duplicará», dijo Eger.
Pero no se trata sólo de dinero lo que las compañías israelíes necesitadas de fondos están buscando. Al ver el mercado enorme en China, Israel está tratando de formar una relación estratégica de largo plazo con China mediante intercambios académicos, cooperación en investigación y desarrollo (I&D) y programas de incubadoras.
Además de estar separadas geográficamente por unas 4.000 millas, China, con una población de 1.300 millones, e Israel, con ocho millones, difícilmente tienen algo en común.
Mientras que China es una economía gigante con un poder de manufactura importante, Israel es considerado ampliamente como un centro de innovación en el mundo, con poco interés en la manufactura.
Pero sus diferencias son las que hacen a Israel y China la pareja perfecta, dijo Raz Gal Or, co-fundador de weWOWwe, una empresa nueva que trata de conectar a los seguidores del fútbol de todo el mundo.
«Dicen que los opuestos se atraen», declaró el empresario nacido en Israel, pero educado en China.
De hecho, Israel sobresale en las áreas en las que la tecnología china busca avances con avidez. Agricultura moderna, aparatos médicos y seguridad cibernética son sectores que aprovechan la mayor innovación provocada por la asociación.
Alibaba, por ejemplo, se abrió camino en 2015 hacia la escena de las empresas israelíes de creación nueva al invertir en la compañía lectora de códigos QR Visualead. Luego se volvió inversionista de la compañía de fondos de riesgo asentada en Israel Jerusalem Venture Partners (JVP), una empresa de capital de riesgo conocida por su inversión en seguridad cibernética.
Fosun International, uno de los conglomerados privados más grandes de China, adquirió la compañía de dispositivos médicos israelí Alma Lasers por 222 millones de dólares en 2013.
La principal procesadora de alimentos de China, Bright Food, cerró un contrato en 2015 para adquirir la mayor parte de la gigante de lácteos israelí Tnuva, un contrato que de acuerdo con ejecutivos de Bright Food creará sinergia en I&D.
El incremento en la cooperación entre China e Israel no es una sorpresa. Las asociaciones entre los dos países se remontan a la antigua Ruta de la Seda, declaró Philippe Metoudi, coautor del libro «Israel y China: Desde la Ruta de la Seda hasta la Autopista de la Innovación».
Aunque las diferencias permanecen, los israelíes y los chinos todavía tienen mucho en común, señaló Metoudi. Sus puntos de vista sobre educación, valores familiares y aprecio por la historia, por ejemplo, son filosofías compartidas que ayudarán a impulsar más la cooperación de largo plazo entre las dos naciones.
«No hablamos el mismo idioma, pero hablamos el mismo 'lenguaje', tenemos las mismas ideas, los mismos valores», agregó Metoudi.
Conforme China se transforma en una economía más impulsada por la innovación, está acelerando sus esfuerzos para asociarse con Israel para fortalecer su propio poderío tecnológico.
Para los funcionarios israelíes, ayudar a crear un mejor ecosistema para las empresas de creación nueva en China beneficia también a las compañías locales.
«No se trata sólo de dinero», dijo Ofir Gore, jefe de la misión comercial de la embajada de Israel en Beijing. «Se trata de tener acceso al mercado chino»".
En los últimos años, China e Israel intensificaron los intercambios académicos y la colaboración en I&D.
El establecimiento reciente del Instituto de Tecnología Tejnión-Israel de Guangdong, una asociación entre la Universidad Shantou de China y el Tejnión de Haifa, es un ejemplo destacado del intento de los dos países por cooperar en educación superior.
Las plataformas como el Parque de Innovación de Changzhou en el sur de China ofrecen una proximidad física para que las empresas israelíes obtengan fondos y colaboren con compañías chinas en I&D industrial.
Los funcionarios israelíes están pidiendo que las compañías chinas construyan centros de I&D y establezcan líneas de producción en Israel, y prometen la mejor plataforma y concesiones del gobierno.
Con una cooperación académica y programas de colaboración en crecimiento, y una visión compartida de parte de ambos gobiernos «la era dorada para la cooperación de innovación Israel-China llegó», indicó Yin Hejun, viceministro de Ciencia y Tecnología de China.
Notas relacionadas:
Rivlin llamó a cooperación económica más estrecha con China
Peres en China: «Solucionar pobreza, más importante que paz»
Ministro de Economía israelí: «Mayor cooperación con China»