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España rechazó campañas de boicot y deslegitimación a Israel

El Gobierno español «rechaza promover campañas de boicot y deslegitimación» contra Israel al considerar que este tipo de iniciativas no ayudan al proceso de paz entre israelíes y palestinos, un conflicto para el que España apoya la solución de dos Estados.

En respuesta a una pregunta del diputado del partido Izquierda Unida, Joan Josep Nuet, el Ejecutivo recordó que España es, junto a otros países de la Unión Europea (UE), uno de los impulsores de la política adoptada en mayo de 2012 de preservación de la solución de dos Estados que incluye un conjunto de medidas relativas a Cisjordania y los asentamientos judíos allí construidos.

El Gabinete explicó que España está en contra de boicotear o deslegitimar a Israel «en la creencia de que sólo desde una mayor confianza y conocimiento mutuo con las partes se puede contribuir a encontrar una solución justa al conflicto de Oriente Medio».

El Gobierno también respondió al diputado en relación con la importación y la comercialización en España de productos fabricados en los asentamientos israelíes y aclaró que «está comprometido con la aplicación plena y efectiva de la legislación comunitaria existente», que establece que estos productos no pueden disfrutar de las ventajas arancelarias que los acuerdos entre la Unión Europea e Israel ofrecen a los productos israelíes.

De acuerdo con el derecho internacional, los territorios ocupados por Israel que están más allá de sus fronteras previas a 1967 no se consideran como parte del Estado israelí.

La UE comparte plenamente esta interpretación, que en el ámbito comercial afecta al Acuerdo de Asociación firmado por la UE e Israel en 1995. En base a esta interpretación, la UE tiene claro que los productos elaborados en los asentamientos y territorios ocupados «no pueden en modo alguno beneficiarse» del acuerdo de asociación UE-Israel.

«Como ocurre en todos los acuerdos de libre comercio que suscribe la UE, sólo los productos elaborados en el territorio de los países signatarios son los que pueden beneficiarse del trato preferencial que contempla el mismo, debiéndose además para ello cumplir con unas reglas de origen específicas», precisó el Gobierno español en su respuesta.

Para acreditar el origen, los productos deben ir acompañados de un certificado, que emiten las autoridades aduaneras de los respectivos países.

Para la UE, insistió el Gobierno español, está claro que el Acuerdo UE-Israel sólo permite el trato preferencial a los productos obtenidos en el territorio israelí tal y como estaba definido en 1967 y por lo tanto, todos los productos que se produzcan fuera de esos límites no podrán beneficiarse en modo alguno de estas preferencias.

Como los certificados son emitidos por las autoridades israelíes, y para evitar identificar el producto como mercancía israelí, la UE e Israel acordaron en 2005 que Israel indicaría en los certificados de origen el código postal de la población donde se obtuvo el producto.

Israel facilitaría también la relación de los códigos postales de las localidades que se encuentran más allá de las fronteras pre-1967, permitiendo así distinguir si realmente el producto procede de los asentamientos en Cisjordania.

Dicha lista de códigos postales se publicó en agosto de 2012 en el Diario Oficial de la UE, para que así los importadores europeos pudieran conocer con precisión si el producto elaborado en una determinada población se podría acoger o no a las preferencias del acuerdo UE-Israel.

«Los órganos de los servicios territoriales de aduanas disponen además de las instrucciones oportunas para asegurar la aplicación del marco jurídico vigente y las normas de control aduanero en relación con los productos que el diputado Nuet indicó en su pregunta», respondió el Gobierno.

«En este momento crítico de las negociaciones entre israelíes y palestinos, el objetivo prioritario de la política exterior española y europea es apoyar el desarrollo de unas tratativas que conduzcan a una solución justa y definitiva de este largo conflicto», agregó.

«España considera que la manera más eficaz de influir sobre el proceso de paz en Oriente Medio es a través de la construcción de una posición común fuerte en el seno de la Unión Europea, objetivo en el que trabaja actualmente el Gobierno», añadió.

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