«¿Qué conseguirá Netanyahu con este viaje? Aplausos», afirmó el ex jefe del Mossad, Meir Dagán, en, una entrevista con el diario «Yediot Aharonot».
Jefe del servicio de espionaje israelí durante los mandatos de Ariel Sharón, Ehud Olmert y también Netanyahu, Dagán instó a este último a preguntarse «cuáles son los riesgos de un enfrentamiento con la Administración de EE.UU».
«El paraguas diplomático del veto que nos facilitan en la ONU podría desaparecer e Israel podría verse frente a sanciones internacionales», opinó.
«La persona que causó el mayor daño estratégico a Israel en el tema iraní, es Netanyahu», agregó Dagán.
De igual manera se manifestaron los miembros del grupo Comandantes por la Seguridad de Israel, que reúne a 200 ex militares con rango de general y que convocaron un acto en el que alertan de «las consecuencias para la seguridad» del Estado a raíz de esta crisis.
En el centro de su disputa con Netanyahu está la pregunta de si Israel confía, aún en el tema de Irán, en EE.UU, un país que desde hace más de cuatro décadas le ofrece protección diplomática, el armamento más avanzado y ayuda militar por valor de 3.000 millones de dólares anuales.
Frente a la desconfianza del primer ministro, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, descrito por «Haaretz» como «quizás el último aliado en Washington que le queda a Israel», aseguró que Netanyahu no conoce los detalles del acuerdo que se está negociando y que puede confiar en ellos.
Ni Kerry ni el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recibirán a Netanyahu en esta visita a Washington. El primero porque estará en Suiza negociando con Irán y el segundo por considerarlo «inadecuado» antes de las elecciones generales en Israel del 17 de marzo.
En un intento por rebajar la tensión, un grupo de congresistas y senadores demócratas le ofreció una «reunión privada», posibilidad que Netanyahu rechazó con el mismo argumento que le había dado a él Obama: no politizar su visita.
«El rechazo del primer ministro es una decepción para aquellos que estamos al lado de Israel durante décadas», se lamentó el senador demócrata por Illinois Richard J. Durbin.
Otros comentaristas israelíes ven el viaje en el contexto electoral y afirman que muchos dirigentes del Likud llegaron a la conclusión de que la crisis es buena como motor para los comicios.
«Llegaron a la conclusión de que cada bofetada de Obama sólo refuerza el apoyo al líder del Likud», escribió el columnista de «Haaretz», Yossi Verter, sobre el efecto que genera la ruptura con Washington y que podría conducir a la tercera reelección consecutiva de Netanyahu.
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