El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, intensificará a partir de ahora las negociaciones para la formación de su tercer gobierno consecutivo, y cuarto de su carrera, tras un parón de una semana por la fiesta de Pesaj.
Las primeras negociaciones empezaron este domingo con la intención de hacer todos los esfuerzos posibles para sacar el carro de las complicadas tratativas del barro, según informaron varios medios locales.
Netanyahu, que ganó holgadamente los comicios del pasado 17 de marzo, comenzó a tratar con los cinco partidos que aspira a tener en su coalición en la última semana de ese mes.
Se trata de los ultranacionalistas Habait Haiehudí e Israel Beiteinu; de los ultraortodoxos Iahadut Hatorá y Shas; y del centroderecha Kulanu.
Según dicho medio, las conversaciones están avanzadas con las dos formaciones ultraortodoxas y son más dificultosas con Habait Haiehudí y Kulanu.
Fuentes del Likud dijeron que por ahora no se trató una de las cuestiones fundamentales de la negociación, el reparto de carteras, lo que hace que todo el proceso se frene.
«No se puede avanzar en los contactos y resolver las diferencias sin hablar del reparto de carteras», declararon las fuentes al rotativo.
En la celebración de la tradicional y popular Mimuna, que pone el broche de oro a Pesaj con una copiosa mesa de dulces con la que los judíos retoman el contacto con la harina y el pan después de siete días de matzá, Netanyahu apeló a la unidad como objetivo de su próximo gobierno.
«El polvo de las elecciones ya se asentó; hay que reforzar la unidad entre los israelíes y en el pueblo de Israel, y así lo haremos», destacó entre varios de sus objetivos.
En medios locales se habla en los últimos días de la posibilidad de que el primer ministro convoque a su rival laborista, Itzjak Herzog, a un gobierno de unidad si fracasan las tratativas con sus aliados tradicionales.
Tampoco el líder del Shas, Arie Deri, descartó esa posibilidad en otra de las celebraciones de la Mimuna, que siguieron a lo largo del domingo en parques y lugares abiertos a pesar de las intensas y sorpresivas lluvias en abril.
«Desde nuestro punto de vista ya podríamos cerrar un acuerdo de gobierno pero todo depende ahora de otros, y espero que sepan cuál es su lugar», señaló Deri al hablar de los demás posibles socios en el Ejecutivo.
Y recordó que «Netanyahu puede ir también a un gobierno de unidad nacional».
No obstante, el dirigente del Likud tiene aún tiempo para negociar -el primer plazo vencerá el 22 de abril y después puede pedir aún una prórroga de otras dos semanas - y prefiere agotar todas las posibilidades con la ultraderecha nacionalista y los ultraortodoxos antes que tener que recurrir a la centroizquierda.
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