El embajador de Estados Unidos en Israel, Dan Shapiro, trató de calmar la tensión entre los gobiernos de Washington y Jerusalén, señalando que «nosotros siempre defendimos a Israel en los foros internacionales y siempre lo haremos».
No obstante, Shapiro se negó a asegurar el veto norteamericano en el eventual caso que Francia eleve al Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución para un nuevo marco de solución del conflicto israelí-palestino, estableciendo un calendario para la retirada israelí de Cisjordania a las líneas anteriores a 1967.
En una entrevista ofrecida a la radio militar israelí, Galei Tzáhal, el diplomático manifestó que su gobierno estaba todavía esperando que el primer ministro, Binyamín Netanyahu, arme su nueva coalición y que establezca su política con respecto a la solución de dos Estados.
«Estamos a la espera de escuchar cuál será la posición del nuevo gobierno, ¿cuál será su plan. Creo que el ejecutivo israelí tendrá en cuenta su actual situación internacional. Si Israel está comprometido con la solución de dos Estados para dos pueblos, nos sentaremos juntos y discutiremos a fondo la mejor manera de lograr ese objetivo», afirmó.
Aunque Shapiro quiso con sus comentarios calmar el ambiente, en última instancia sus declaraciones se hicieron eco del discurso pronunciado recientemente por la subsecretaria de Estado, Wendy Sherman.
Ante líderes del judaísmo reformista en Washington, Sherman advirtió que si el nuevo gobierno israelí se aparta de su compromiso con la solución de dos Estados «algo que una gran mayoría de los judíos de Estados Unidos apoyan», eso hará que la tarea de defender internacionalmente a Israel sea mucho más difícil.
La subsecretaria de Estado argumentó que la capacidad del gobierno norteamericano para hacer retroceder los esfuerzos de internacionalizar el conflicto se fundamenta en la premisa de que la única forma de resolverlo es mediante una solución de dos Estados, negociada directamente entre israelíes y palestinos.
El Consejo de Seguridad de la ONU rechazó una resolución similar en diciembre pasado, debido a que sólo ocho de los quince países miembros del organismo votaron a favor de la propuesta.
Tras la renovación de los miembros no permanentes del Consejo se estima que una resolución de ese tipo podría ser aprobada.
Estados Unidos, sin embargo, es uno de los cinco países del Consejo con derecho al veto, aún si la resolución cuenta con una mayoría de nueve votos.
Mientras tanto, el embajador de Israel en la ONU, Ron Prosor, envió una carta al Consejo de Seguridad exigiendo una acción luego que cuatro terroristas sirios que se infiltraron en territorio israelí para colocar explosivos en la frontera, sobre las Alturas del Golán, fueran eliminados por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Tras describir brevemente el incidente, Prosor señaló que «Israel responsabiliza al gobierno sirio de todos los ataques procedentes de su territorio.
En los últimos meses, el gobierno de Bashar al-Assad permitió que terroristas utilicen su territorio como base para colocar bombas en carreteras, lanzar cohetes y abrir fuego contra las FDI.
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