El ex jefe del Mossad israelí, Meir Dagán, falleció a los 71 años a causa de una enfermedad que sufría desde hacía tiempo, indicaron fuentes oficiales.
«El Mossad informa de que su ex jefe falleció esta mañana», expresó un comunicado de la organización sobre uno de los líderes militares de Israel y artífices de la política de seguridad del Estado judío en las últimas dos décadas.
Dagán, que sufría un cáncer de hígado desde hace varios años, nació en Ucrania en 1945 de padres supervivientes de la Shoá, con los que emigró a Israel cinco años después.
Después de una larga carrera militar se retiró de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) con el rango de general, para unirse en 2000 al partido Likud bajo la dirección de Ariel Sharón, que le puso a cargo de los asuntos de seguridad del país como hombre de confianza y poco visible.
Entre 2002 y 2011 fue jefe del Mossad, cargo desde el que realizó un seguimiento del programa nuclear de Irán y los esfuerzos israelíes para tratar de torpedearlo, a decir de medios extranjeros especializados.
Según fuentes extranjeras, durante el mandato de Dagán, el Mossad proporcionó todas las informaciones que posibilitaron la destrucción por parte de Israel del reactor nuclear que Siria se estaba construyendo, así como la operación que acabó con la vida de Imad Mughnyeh, alto oficial de Hezbolá, implicado en la planificación y ejecución del atentado terrorista contra la Embajada de Israel en Argentina, en marzo de 1992.
A diferencia de otros altos mandos retirados, Dagán se vio obligado a salir en público contra el actual primer ministro, Binyamín Netanyahu, para abogar por una postura de contención, asegurando a partir de 2011 que el programa nuclear iraní no representaba aún una amenaza vital como para justificar un ataque de consecuencias impredecibles.
«Un bombardeo puede acelerar precisamente que consigan la bomba. Un bombardeo no frenará el programa nuclear de Irán. Si atacamos resolveremos los problemas políticos de Irán y pondremos a toda la población de parte del régimen», solía repetir en los últimos años, advertencias que para muchos expertos frenaron un posible ataque israelí alrededor de 2012 y 2013.
Otra de sus famosas frases, el año pasado durante el aniversario del asesinato de Itzjak Rabin, fue la de que teme que Israel se haya quedado sin liderazgo.
«Mi lealtad es ante todo al Estado de Israel y no al primer ministro. Temo por el liderazgo del país», manifestó Dagán al exhortar a un cambio de dirigentes que «sirvan al pueblo y no a ellos mismos», lo que fue interpretado como un claro ataque a las clases políticas y en particular a Netanyahu.
Algunos analistas consideran que quizás el hecho de que le descubrieran un cáncer de hígado en 2012 le permitía hablar con mayor libertad que otros ex altos mandos.
Ese año, Dagán se sometió a un trasplante en Bielorrusia que no frenó la propagación de la enfermedad.
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