Barack Obama arribará este miércoles al mediodía a Oriente Medio en su primera visita a Israel y la Autoridad Palestina como presidente de Estados Unidos pero sin una nueva propuesta para relanzar el estancado proceso de paz en la región, que lo recibe con protestas y pocas esperanzas.
A su llegada a Jerusalén, Obama se convertirá en el noveno mandatario estadounidense en visitar Israel, donde tiene previsto reunirse hasta tres veces con el primer ministro Binyamín Netanyahu y con el presidente Shimón Peres.
Sin embargo, en su gira por Oriente Medio, que culminará el viernes en Jordania, el mandatario demócrata no tiene previsto proponer el relanzamiento de las tratativas entre israelíes y palestinos, tal como ya adelantó la Casa Blanca.
En Israel, el portavoz del gobierno, Mark Regev, afirmó que impedir que Irán desarrolle armas nucleares, la expansión a la región de la violencia del conflicto en Siria y el proceso de paz con los palestinos centrarán la agenda de Netanyahu y Obama.
Asimismo, la prioridad de Obama será recomponer su relación, marcada en ocasiones por las tensiones, con el ahora debilitado Netanyahu, que logró formar un nuevo gobierno de coalición recién hace dos días, tras siete semanas de arduas negociaciones.
Según analistas, la visita de Obama a Israel puede aliviar críticas en Estados Unidos de quienes interpretan el hecho de que no visitó el Estado hebreo en su primer período como una señal de que lo apoya menos que sus predecesores.
Es que más allá de la paz en Oriente Medio, los dos líderes tienen metas similares para la región, como poner fin al conflicto en Siria y contener la inestabilidad política en Egipto, el único país de la región, junto con Jordania, que tiene un tratado de paz con Israel.
Obama, que pasará dos noches en Jerusalén y visitará Cisjordania el jueves para reunirse con las autoridades palestinas, antes de viajar a Jordania el viernes, tiene previsto realizar varias visitas culturales en la región, todas llenas de simbolismo.
Inmediatamente después de la ceremonia de recepción en el Aeropuerto Ben Gurión, podrá ver en funcionamiento allí mismo una batería antimisiles «Cúpula de Hierro», un proyecto para el cual su Administración aporta millones de dólares en desarrollo.
Además, en su estadía, participará en varios actos destinados a reconocer al pueblo judío, visitará el Museo Israel de Jerusalén para ver los Rollos del Mar Muerto y una exposición de productos de alta tecnología organizada especialmente para él.
También visitará las tumbas de Theodor Herzl, padre del sionismo moderno, y de Itzjak Rabín, primer ministro asesinado en 1995.
En su principal presentación, Obama ofrecerá en el Centro de Convenciones de Jerusalén un discurso ante una audiencia integrada en su mayor parte por estudiantes israelíes, parte de su esfuerzo por establecer contacto con el público, particularmente los jóvenes.
Por la primera visita a Israel de Obama como presidente, las calles de Jerusalén fueron adornadas con grandes banderas de Estados Unidos y carteles en inglés y en hebreo que celebran la llegada, bautizada como «Alianza Irrompible» por los servicios de seguridad.
Algunas de las banderas ya fueron dañadas, como muestra del rechazo que provoca el presidente estadounidense por miembros de la ultraderecha israelí más radical, que le llama Barack Hussein Obama, en alusión a su presunta inclinación a favorecer a los palestinos y a los musulmanes en general.
En la Autoridad Palestina, el mandatario norteamericano se entrevistará en Ramallah con el presidente, Mahmud Abbás, y su primer ministro Salam Fayyad, en medio de un proceso de paz estancado.
Las negociaciones directas entre israelíes y palestinos, impulsadas por Obama en su primer mandato se reiniciaron brevemente en septiembre de 2010 para suspenderse tres semanas más tarde por la negativa israelí de prolongar la moratoria a la construcción de asentamientos en Cisjordania y la palestina a dialogar mientras siga su edificación.
Además, el reconocimiento de Palestina en la ONU como Estado observador no miembro en noviembre pasado fue rechazado por Estados Unidos e Israel, ya que consideran que forma parte de una estrategia unilateral de declaración de soberanía.
Durante su estadía en la Autoridad Palestina, Obama acudirá a Belén para visitar la Basílica de la Natividad. Será ese el único sitio religioso que recorrerá el mandatario, que no irá a santuarios judíos ni musulmanes.
Un centenar de palestinos se manifestó en Ramallah para protestar por la visita del presidente estadounidense.
Obama continuará su gira con una visita el viernes a Jordania, un importante aliado estadounidense, donde será recibido por el rey Abudallah II, con quien departirá especialmente sobre la violencia por el conflicto en la vecina Siria.
Más de 450.000 sirios buscaron refugio en territorio jordano, atestando campamentos de refugiados y abrumando la capacidad de las entidades de asistencia desde que estalló el conflicto sirio, hace dos años.
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