En una manifestación en la Plaza Rabin de Tel Aviv para pedir el cambio de Gobierno, patrocinada por la ONG «Un Millón de Manos» y otros movimientos sociales, el ex jefe del Mossad, Meir Dagán, culpó al primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, de falta de liderazdo y de causar el mayor daño estratégico a Israel en la cuestión iraní».
«Nadie niega que el programa nuclear iraní es una amenaza para Israel, pero meterse en una guerra con Estados Unidos no es la manera de detenerlo», afirmó.
Siete personas resultaron heridas tras ser embestidas por un coche en Jerusalén, en un ataque terrorista similar a los ocurridos el año pasado en la capital israelí.
Según informó Maguén David Adom, seis de las víctimas son mujeres policías, blanco principal del atacante.
El ex jefe del Shin Bet israelí, Yuval Diskin, afirmó que el primer ministro, Binyamín Netanyahu, mantuvo una política «fallida» sobre Irán, cuyo programa nuclear no paró de avanzar durante su mandato.
«Es tiempo de abrir los ojos ante la pose de Netanyahu y sus grandes palabras», acusó Diskin en declaraciones recogidas por «Yediot Aharonot», donde argumentó que «incluso de acuerdo con Google, está claro que Netanyahu fracasó».
El Grupo 5+1 (EE.UU, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) que negocia con Irán una serie de limitaciones a su programa nuclear intentó, desde varios frentes, calmar los temores de Israel sobre un eventual acuerdo que Teherán y Washington negocian en una ronda de dos días en Montreux, Suiza.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dirige personalmente esta etapa de las negociaciones, que el propio presidente estadounidense, Barack Obama, defendió públicamente como la mejor alternativa para eliminar el riesgo de que Irán pueda hacerse con armamento nuclear.
El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, intentó persuadir al Congreso de Estados Unidos para que torpedee las negociaciones de la Administración Obama con Irán.
En un discurso ante los legisladores de la Cámara, Netanyahu dijo que el acuerdo sobre el programa nuclear iraní dejará en pie la infraestructura de la República Islámica para fabricar armamento atómico y colocará a Israel, Oriente Medio y el mundo bajo la amenaza de una «pesadilla nuclear».
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, acusó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU de enfocarse de manera desproporcionada en acusaciones de abusos de Israel.
Las palabras del canciller coinciden con los intentos del Gobierno del presidente Barack Obama de rechazar las quejas de que no apoya lo suficiente a Israel, críticas que se centraron en el intento de conseguir un acuerdo nuclear con Irán.
El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, aseguró que el discurso que tiene previsto pronunciar ante el Congreso sobre Irán no tiene la intención de «faltar el respeto» al presidente Barack Obama.
Netanyahu dijo estas palabras durante su intervención en la conferencia anual del Comité de Relaciones Públicas Americano-Israelí (AIPAC), principal lobby pro-israelí de Estados Unidos.
«¿Qué conseguirá Netanyahu con este viaje? Aplausos», afirmó el ex jefe del Mossad, Meir Dagán, en, una entrevista con el diario «Yediot Aharonot».
Jefe del servicio de espionaje israelí durante los mandatos de Ariel Sharón, Ehud Olmert y también Netanyahu, Dagán instó a este último a preguntarse «cuáles son los riesgos de un enfrentamiento con la Administración de EE.UU».
El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, partió hacia EE.UU para una misión que él mismo calificó de «histórica» y que tiene como fin hacer fracasar un posible acuerdo sobre el programa nuclear iraní.
«Viajo a EE.UU para una misión crucial e incluso histórica. Tengo la impresión de ser el enviado de todos los ciudadanos de Israel y del pueblo judío», declaró Netanyahu en el Aeropuerto Ben Gurión.
Fuentes vinculadas al Mossad negaron cualquier tipo de crisis entre el servicio secreto israelí y el primer ministro hebreo, Binyamín Netanyahu.
El comunicado se publicó después de la filtración a la cadena Al Jazzera de un informe del servicio secreto de 2012. En él, el Mossad contradecía a Netanyahu tras su intervención en la ONU en la que afirmó, sosteniendo el dibujo de una bomba, que Irán se encontraba en plena producción de armamento nuclear.