El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu y el ministro de Finanzas, Yuval Steinitz, defendieron ante el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, la política de crecimiento de Israel como única vía para los problemas de la economía local.
«La gente tiene hoy más dinero en los bolsillos. Eso es lo que fomenta el empleo y crea crecimiento», afirmó Netanyahu en una rueda de prensa con Gurría, quien llegó al país para una visita de seguimiento tras la incorporación de Israel hace dos años a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que dirige el funcionario mexicano.
Netanyahu, que a pesar de las protestas populares de los últimos doce meses restringe las ayudas sociales de forma estricta para no romper el marco presupuestario, explicó que «no debemos desperdiciar los recursos del gobierno en cosas incorrectas».
Como otras economías occidentales, la israelí pasa por un período de constricción que va creando un cada vez mayor déficit en las arcas públicas, dado que la recaudación impositiva estará este año por debajo de lo esperado, y es hasta ahora unos 11 mil millones de shekels (dos mil 800 millones de dólares) inferior a lo previsto.
Ante los medios de prensa Gurría recomendó al gobierno israelí preservar los límites del presupuesto debido a que «cuando los mercados ven debilidad y falta de determinación no dudan en golpear».
«Lo que ocurre hoy es que los mercados disparan cohetes guiados por sensores de debilidad, y es importante que un país no emita esas señales».
Según el secretario general de la OCDE, Israel no está en situación de tener que adoptar medidas drásticas como la subida de impuestos para mejorar su situación financiera.
Señaló que se pueden conseguir también resultados mediante reformas estructurales de efectividad en el servicio público, el mercado laboral, las formas de fiscalidad, el sistema educativo y resolviendo el problema de concentración que sufre el mercado israelí.
«Los gobiernos siempre me dicen: «Estos son pasos a largo plazo y nosotros necesitamos medidas a corto plazo y urgentes». Pero se sorprenderán de saber que muchas veces las medidas a largo plazo puede dar resultados a corto plazo también», argumentó.
El Ministerio de Finanzas israelí se plantea incrementar los impuestos para tapar el agujero presupuestario, pero Netanyahu se mostró hoy reacio a una «subida demasiado alta que haga no rentable el salir a trabajar».
El problema de la mano de obra desperdiciada es uno de los más importantes que detectó la OCDE en Israel en el proceso de verificación que precedió a su ingreso, que se extendió entre 2007 y 2010.
Este desperdicio ocupacional afecta sobre todo a utraortodoxos y árabes, dos comunidades que poco aportan a la productividad nacional y que, por no trabajar en un alto porcentaje, se ven viviendo en una gran pobreza.
En anteriores visitas el secretario general de la OCDE pidió a Israel tratar éste y otros problemas para ponerla al nivel de los otros miembros de la organización, dado que el estado judío es socialmente su miembro más pobre a pesar del potencial tecnológico que guarda y su alto Producto Interno Bruto (PIB) per cápita.
Refiriéndose a ése y otros problemas sobre los que alertó Gurría en anteriores visitas, el primer ministro israelí aseguró que en los últimos tres años «no hemos subido demasiado los impuestos, hemos creado puestos de trabajo y roto los carteles» que operaban en la sociedad israelí en detrimento de la competitividad.
«Los resultados de la economía israelí fueron mejores que el del resto de países de la OCDE y uno de los mejores del mundo», afirmó Netanyahu al apuntar que su gobierno creó 250 mil puestos de trabajo en los últimos tres años.
Sobre las denuncias sociales y las estadísticas que exponen que la clase media de la sociedad israelí perdió poder adquisitivo, se mostró solidario con las demandas, pero explicó su postura que «sólo mediante el crecimiento se conseguirá la justicia social» que exigen los manifestantes.
Según el primer ministro, Gurría le dijo en la reunión que celebraron antes de la rueda de prensa que Israel ha de seguir con esta política dado que la crisis mundial aún no transcurrió.
«Gurría nos dijo que la situación es todavía peligrosa», manifestó el ministro israelí de Finanzas, «vino acá a alertarnos de que la crisis continúa».
«Nos ha dado una señal de alerta de que hay una guerra económica mundial y que hay numerosos peligros, sobre todo en Europa. Puede ser que la crisis se agrave, de ahí la importancia de defender la economía de fracasos como los de Italia y Grecia», sostuvo el ministro israelí.
Steinitz, que pide una subida de impuestos dentro su gobierno, declaró que en estas circunstancias es importante «respetar el marco presupuestario y un déficit moderado».
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