Si católicos y judíos pueden hoy reunirse regularmente para dialogar, después de cientos de años de odio y tanta sangre derramada, judíos y árabes deben ser capaces de hacer lo mismo.
Un ejemplo clásico de como uma educación mal orientada puede encender un conflicto son las tensiones históricas entre el judaísmo y la Iglesia católica.
Quien fuera presidente del Congreso Judío Mundial, Najum Goldman, negoció la gran encíclica "Nostra Aetate" con el Papa Juan XXIII. Pero a pesar de la importancia de haber iniciado un proceso de reconciliación, la misma no consiguió cambiar la realidad. Fue entonces que se creó el Comité Internacional de enlace Católico-Judío, una organización compuesta de líderes comunitários judíos y católicos con el objetivo de incrementar las relaciones interreligiosas.
Entre otras iniciativas, el Comité se reunió regularmente y examinó cuáles eran los libros de texto utilizados en las escuelas y de que manera éstos se relacionaban hacia la otra fé. Participé en algunas de esas reuniones, y a pesar de las dificultades, el progreso fue constante. Hoy en día hay muy pocas quejas sobre lo que decimos el uno del otro. Las relaciones judío-católicas tuvieron su renacimiemto a mediados del siglo XX, incrementando la tolerancia y la reconciliación.
Basado en esas lecciones, pienso que si quisiéramos llegar a una paz verdadera en Oriente Medio, habría que hacer una revisión de lo que se está enseñando en las escuelas en ambos lados del conflicto árabe-israelí. La reciente negación de Hamás ante una iniciativa de la ONU para enseñar el Holocausto en las escuelas de Gaza, dice todo sobre el poder de la educación y la necesidad de los extremistas de traficar con el miedo y las mentiras.
Por esta misma razón, los moderados de ambas partes necesitan crear una metodologia de reuniones regulares para determinar qué se les está enseñando a los alumnos sobre sus vecinos.
Tenemos que recordar que el odio católico contra los judíos condujo a persecuciones trágicas durante casi dos milenios, pero también debemos admitir que la tensión entre musulmanes y judíos es más reciente y no tan arraigada. Así como explicaba Bernard Lewis: "Durante todos los siglos de diáspora, la condición del pueblo judío bajo el dominio musulmán fue menos peligrosa que bajo la dominación cristiana".
Con el inicio del proyeto sionista, a fines del siglo XIX, con sus legítimas aspiraciones histórias, territoriales y religiosas, judíos y árabes se ven enfrentados durante los últimos 100 años.
Lo fundamental es admitir que los israelíes están en Oriente Medio para quedarse. Los palestinos tendrán que reconocer este hecho y transmitirlo a sus hijos. Sólo así podrán tener la esperanza de crear un Estado propio.
El filósofo y educador, Rabino David Hartman, dijo: "Los judíos volvimos a casa". La negación árabe a esa realidad básica, desde el momento en que Israel fue creado, no les proporcionó nada aparte de más derramamientos de sangre en ambos lados.
La juventud árabe es motivada a preguntar: ¿Si el Holocausto fue un asunto europeo, porqué los palestinos tienen que pagar por la creación de Israel?
Es crucial entender que el sionismo es anterior a los horrores de la Alemania Nazi. De hecho, la búsqueda de un hogar nacional judío surgió con el correr de siglos plagados de pogroms antisemitas, expulsiones, descriminación y odio. El Holocausto fue sólo la peor expresión de todo lo que se vivió antes de él.
Además, más de la mitad de la moderna sociedad judía-israelí está compuesta de refugiados, no sólo de los campos de concentración europeos, sino también de países árabes como Marruecos, Argelia, Túnez, Líbia, Irak, Síria, Yemen, Líbano, Egipto y otros que expulsaron a sus comunidades judías quitándoles sus pertenencias.
El mundo árabe debe reconocer que reivindicaciones históricas legítimas y necesidades actuales hacen de Israel la pátria del pueblo judío. La concientización árabe de este hecho es necesaria para que una paz legítima pueda ser alcanzada.
En Israel es necesario enseñarle a la juventud acerca del potencial real de co-existencia con el mundo árabe. Debido a circunstancias históricas, los palestinos tuvieron que lidiar con una situación muy difícil; muchos son todavía refugiados y pagaron caro por décadas de revueltas políticas. Como ya fue dicho repetidamente por líderes de Israel, el país precisa defender sus proprios valores judíos liberales y los padrones morales desarrollados durante siglos de rica tradición. Esto comienza por enseñar a los niños israelíes que los niños palestinos son sus vecinos, con historias y sueños reales.
En otras palabras, debe haber predisposición en ambas partes para olvidar los odios pasados y mirar hacia un futuro mejor. Como acción necesaria, un grupo de líderes judíos y árabes debe reunirse para examinar lo escrito en los libros didácticos sobre el antiguo enemigp, y estar de acuerdo en avanzar honestamente, sin distorciones.
Si católicos y judíos pueden hoy reunirse regularmente para dialogar, después de cientos de años de odio y tanta sangre derramada, judíos y árabes deben ser capaces de hacer lo mismo.
* Edgar M. Bronfman fue presidente del Congresso Judío Mundial.
Fuente: Huffington Post - 11.11.09