El antiguo ritual del fuego que celebra la resurreción de Jesucristo, es considerada la más importante y significativa en la Iglesia Ortodoxa.
Según los seguidores, el fuego encendido de manera milagrosa en el interior de la Tumba del Santo Sepulcro, pasa de peregrino en peregrino, quienes a su vez van encendiendo sus propias velas.
El lugar de la ceremonia, la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, es reverenciada como el sitio donde Jesús fue crucificado, enterrado y donde resucitó al tercer día según las creencias católicas.
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La Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén