Miles de personas se reunieron ayer por la noche en la Plaza Itzjak Rabín de Tel Aviv y en varias ciudades de Israel para dar lugar a la primera manifestación social del verano, la cual se llevó a cabo en el marco de la protesta internacional «12 de Mayo», en la que hubieron reclamos en ciudades de todo el mundo para marcar el comienzo de la lucha de los «indignados» en España hace un año.
La protesta social mostró una nueva cara. Lo que comenzó el verano pasado con una pequeña carpa destinada a reducir los precios de la vivienda, es en el verano de 2012 una coalición extraña y un sin fin de intereses y agendas que todavía tienen que encontrar un terreno común. Si el lema de la protesta de 2011 fue «El pueblo exige justicia social», el de este año es «El pueblo exige todo tipo de cosas».
El evento contó con un ambiente más festivo que el del año pasado, la música contemporánea - no más Eyal Golán ni Shlomo Artzi - sonaba fuerte, y las imágenes trasmitidas en vivo desde las manifestaciones paralelas de Londres, Barcelona y Madrid, convocadas para el pronunciado mes de las protestas, afirmaban el grito de «no estamos solos».
Las declaraciones fueron nebulosas y, hasta a veces difíciles de seguir. La convocatoria no tuvo discursos centrales, ni un orden en las peticiones, sino más bien oradores no identificados que, sobre el escenario, se pasaban el micrófono, leyendo líneas sobre como lograr una sociedad más justa.
«Pregúntense a sí mismos porque saben más sobre el reactor nuclear de Irán que de Jesse Cohen en Holón», dijo uno refiriéndose a dicho barrio pobre. «¿Por qué existe un gobierno amplio con intereses tan estrechos? », preguntó otro.
Las denuncias fueron orientadas también a la «traición de los bancos», el «precio del queso cottage», «el sistema de educación que nos enseña a competir para ser engranajes de una máquina», y a las lamentaciones de una sociedad que ha «comenzado a adorar al dios del dinero y al becerro de oro».
«Queremos una vida simple y esto es posible» declaró Itzik Shmuli, quien fue uno de los líderes de la protesta del año pasado, y afirmó que los jóvenes israelíes tienen la «determinación para pelear por el futuro del país».
Shmuli aclaró que la respuesta del gobierno a las peticiones del 2011 no fueron satisfactorias y que están dispuestos a renovar la protesta con toda su fuerza si el gobierno continua sin hacerse cargo del asunto.
Si bien los organizadores de la protesta imploraron a los asistentes no concurrir con símbolos políticos, un grupo de simpatizantes vestidos de verde con camisetas de Meretz llegó con grandes carteles, lo que provocó una pelea con los manifestantes quienes se oponían a ser patrocinados por el partido de izquierda y la cual termino sin heridos.
Fotos: Gentileza Almog Schwarz
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