El ex presidente israelí, Moshé Katsav, salió de la prisión de Maasiyahu, por primera vez en cinco meses y medio, para asistir a boda de su hijo Noam. La policía le concedió su petición y extendió su licencia de siete horas a ocho horas y media.
Kastav, quien cumple una condena por violación y abuso sexual, se esforzó para conseguir el permiso. Su licencia fue posible después de que un comité de salud mental considerase que el recluso no era un peligro para la sociedad, y la policía dio su consentimiento.
«Su presencia en la boda fue muy emotiva», dijo el ex diputado David Mena. «Todos sus viejos amigos se presentaron y fue rodeado por muchas personas. Él estaba muy emocionado. Sonrió como cualquier padre cuando se casa su hijo», aseguró.
Mena añadió que el ex presidente no compartió sus experiencias de la cárcel, sino que se centró en su hijo y su familia. «Le pregunté acerca de su bienestar general. Parecía haber perdido mucho peso, pero él está bien».
Kastav salió de la cárcel vestido con un traje. Cuando le preguntaron cómo se sentía, dijo «bien», pero se negó a responder cualquier otra pregunta de los periodistas. El ex mandatario fue recibido por sus dos hermanos y su esposa Gila, y de allí viajaron juntos al Moshav Beit Oved, donde se celebró la boda.
A principios de este mes, Katsav accedió a llevar el uniforme de un preso por primera vez con el fin de asistir a una reunión con un psiquiatra del ministerio de Salud.
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