Miles de israelíes salieron a las calles de las principales ciudades del país para protestar por la política social del gobierno y exigir al primer ministro, Binyamín Netanyahu, nuevas medidas para mejorar sus condiciones de vida y que aplique reformas sociales.
Unas cuatro mil personas marcharon por el centro de Tel Aviv en una réplica de las primeras protestas del verano pasado, que también se repitieron en ciudades como Haifa y Jerusalén.
«Tenemos la sensación de que lo que ocurrió el verano pasado no fue más que la primera ola de protestas. Este verano serán más reales e intensas; serán protestas de verdad», dijo Raz Levín, uno de los manifestantes de la concentración en Tel Aviv.
Con lemas como el de «Salimos de la hibernación», un millar de manifestantes pidieron en Haifa que el presupuesto del gobierno israelí para 2013 sea mucho más generoso en políticas sociales, y que haya una relajación en los altos impuestos que pagan los israelíes.
En otoño de 2011, después de la ola de protestas que sacudió el país durante todo el verano, Netanyahu aplicó una serie de medidas destinadas a reducir la contribución fiscal de la clase media, y ayudarle a combatir la carestía de la vida, sobre todo en el sector vivienda.
Los manifestantes esperan ahora, cuando el primer ministro disfruta de una mayoría de más de 90 diputados en el Parlamento, que extienda las ayudas sociales a las clases menos pudientes y siga adelante con la reducción de impuestos y la contención de la burbuja inmobiliaria que en los últimos años disparó el precio de los inmuebles y de los alquileres en varias decenas de puntos porcentuales.
«La carestía de la vida sigue alta y sin que veamos una solución, los precios de la vivienda son altos de forma injustificada y desproporcionada y todo el mundo sabe que esto es una burbuja», afirmó Eyal Argamán, uno de los participantes en la protesta de Haifa.
En Jerusalén, otros 1.500 israelíes tomaron una de las plazas principales en el centro de la ciudad para pedir al primer ministro que ponga fin a la concentración de capitales en el mercado israelí.
Según informes de la OCDE, varias decenas de familias controlan en Israel más de la mitad de su Producto Interior Bruto, lo que se traduce en absoluto dominio del mercado por sus empresas y una más que limitada competitividad.
Los organizadores de las concentraciones explicaron que esperan que este verano sean mucho mayores que las del pasado y que, progresivamente, se vayan sumando a ellas todo tipo de grupos y colectivos que hasta ahora no lo hicieron.
El año pasado las manifestaciones llegaron a contar con cientos de miles de personas y multitudinarias acampadas en céntricas plazas y bulevares de las principales ciudades.
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