Un tribunal de Israel determinó que la muerte de Rachel Corrie, una activista estadounidense que fue aplastada por un tractor militar durante una protesta en Gaza hace nueve años fue un «lamentable accidente».Corrie murió cuando trataba de detener un tractor militar que demolía casas palestinas en Rafah en 2003 y pese a que llevaba un chaleco anaranjado, la corte determinó que el conductor no pudo verla. Además estableció que la activista falleció por la caída de un trozo de concreto.
El juez del tribunal, Oded Gershón, consideró que el Ejército no mostró negligencia alguna y que la activista murió de «un accidente que se trajo sobre sí misma».
Familiares de Corrie y activistas por la paz que fueron testigos de su muerte se manifestaron indignados ante la resolución del tribunal, el cual liberó al chofer militar de toda culpa y responsabilidad, y dijeron que es «inconcebible» que dicho conductor de la excavadora no la haya visto.
Aunque el sistema de justicia de Israel es reconocido por su independencia, la madre de Corrie, Cindy, calificó la sentencia de «mal día para la ley y para Israel».
El Gobierno israelí informó en un comunicado estar satisfecho porque la sentencia reivindica lo que fue su versión del suceso.
La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) consideró el verdicto como una «injusticia».
«Entendemos la decepción de la familia con el resultado de la sentencia, dijo la portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Victoria Nuland, quien reiteró las condolencias por la muerte y se negó a hacer más comentarios, pero recordó que la familia aún tiene derecho a apelar.
«Bajo la ley israelí, la familia tiene el derecho de apelar el veredicto, y hemos visto informes de que están considerando hacer eso, así que vamos a ver cómo avanza el proceso», agregó Nuland.
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