Desafiando la estabilidad laboral de los empleados públicos, el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, escribió los borradores de un proyecto de ley, que otorgará a sus ministros y altos directivos la autoridad para despedir o trasladar a trabajadores estatales; y el cual se presentará al Consejo de Ministros para su aprobación, tan pronto como sea posible.
En caso de ser aprobada, la ley afectará a la mayoría de los aproximadamente 676.000 empleados públicos, número que incluye, no solo a 256.129 empleados del sector público (policía, servicio penitenciario, profesores de alto nivel, empleados de hospitales públicos, ministerios y otros organismos estatales), sino también a 218.000 empleados de instituciones públicas como universidades, organizaciones de mantenimiento de salud y agencias independientes, así como 202.100 empleados de empresas de gobiernos locales y del gobierno central, tales como la Corporación Eléctrica de Israel, la Compañía de Aguas Mekorot y la Industria Aeroespacial de Israel.
Es muy probable que, en caso de ser aprobada, el gobierno choque de frente con la Histadrut y con el sindicato de Empleados del Estado; organismos con los cuales llegó alguna vez a acuerdos sobre la reducción de la fuerza laboral pública en tiempos de austeridad por la contratación de congelación y no reemplazar a los empleados que se jubilaron o fallecieron.
«Hoy - dijo Netanyahu - los ministerios tienen poco poder para hacer cambios de personal. Este también es el caso en muchos países europeos y les causa un daño económico enorme», y aseguró que los responsables del gobierno, como los de cualquier unidad económica, debe ser capaces de despedir a trabajadores.
La ley prevé dar facultad a los integrantes del gabinete de despedir a trabajadores para reducir el gasto de nómina. Netanyahu subrayó que esta medida es fundamental, aun si genera confrontación con los «intereses creados», refiriéndose a la Histadrut y a los comités de trabajadores en los ministerios, agregando que «es inconcebible que no se traten esos problemas».
Esta es la primera vez en su carrera política, incluyendo su primer mandato como primer ministro y su gestión como ministro de Finanzas, que Netanyahu aborda el tema tabú de la autoridad de los ministros y directores generales sobre los empleados estatales.
Si bien no se sabe con seguridad porque Netanyahu sacó a relucir este tema a un año de las elleciones, altos funcionarios del gobierno creen que podría tratarse del primer paso en la batalla contra la Histadrut y el acotado presupuesto para el 2013, el cual incluiría recortes salariales y beneficios, incluyendo una reducción del 2,5% de sueldo de todos los trabajadores del sector público y la postergación de algunos pagos de beneficios a 2014 o 2015.
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