Ocho manifestantes amenazaron con quitarse la vida saltando desde un puente durante una convocatoria por la justicia social llevada a cabo en Tel Aviv, mientras que muchos otros cortaron el tránsito a la altura del shopping Dizengoff Center. Por suerte, no hubo que lamentar víctimas.
El grupo se reunió en el puente que conecta las dos alas del shopping ubicado en el centro de la ciudad, desde donde dispersaron folletos y amenazaron con saltar.
Mientras tanto, otros activistas bloquearon la avenida, de los cuales cuatro fueron arrestados. Por la noche, los manifestantes volvieron a reunirse.
Grandes fuerzas policiales llegaron al lugar para negociar con los jóvenes e instalar un colchón debajo del paso elevado, hasta que éstos acordaron bajar y fueron inmediatamente arrestados.
La policía dijo que la protesta no estaba autorizada y expresó su intención de demandar a los activistas por los gastos causados durante el reclamo. A pesar de esto, los volantes que fueron arrojados a los transeúntes expresaron angustia y una sentida petición para un cambio social que le llegó a más de uno.
«¿Sabes cuál es la sensación cuando estás al borde del abismo, la sensación de que has llegado al final? Esto es lo que sentimos - se pudo leer en los volantes repartidos - La vida tiene mucho potencial; las cosas podrían ser mejor para todos nosotros si tan sólo pudiéramos aprender a vivir juntos y a respetarnos mutuamente».
«Pero en cambio, mira lo que hemos hecho? En lugar de vivir como una familia humana, hemos construido muros entre nosotros. En lugar de dar, tomamos unos de otros. Estamos estresados, tratando de sobrevivir a un ritmo que causa depresión», decía el panfleto.
«¿Le importa a alguien? Nos importa. Nos importa mucho. Nosotros no hemos encontrado otra manera de llegar a los corazones. Nos disculpamos si los sentimientos de alguien resultaron heridos por nosotros y por este acto extremo. Y por favor, no nos odien porque nuestras intenciones son buenas. La mayoría de la gente va a ver televisión esta noche después de que todo haya terminado. Mañana veremos lo de siempre», reflexionaba el escrito.
«Estamos renunciando a este destino como si no fuera nuestra responsabilidad cambiarlo. No hay manera de que esta vida no esté marcada por la guerra, la hipoteca, la pensión y el dinero. Algo anda mal y estamos hartos de obedecer a ciegas», agregaba.
El comunicado concluye con un llamado a la acción: «Si se mueve algo dentro de usted, debe demostrar que es coherente con los hechos. En este momento estamos combatiendo la falta de moral, la devastación ecológica, económica y de seguridad de Israel».
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