Unas 20.000 personas se concentraron en la Plaza Rabín de Tel Aviv con motivo del 17° aniversario del asesinato del primer ministro israelí, Itzjak Rabín, en un acto que por primera vez no apadrinó la familia.
Bajo el lema de «Recordamos a Rabin - Luchamos por la democracia», la concentración reunió a ciudadanos, miembros de diversas ONGs, fundaciones y movimientos juveniles.
«Tres balas arrebataron la vida al hombre del Palmaj, al luchador del Ejército israelí, al primer jefe de gobierno nacido en Israel», dijo al inaugurar el acto el poeta Haim Guri, uno de los organizadores.
Dirigiéndose a los manifestantes en su mayoría jóvenes, y en clara alución a la reciente alianza política entre Netanyahu y Liberman, Guri afirmó y les recordó: «Un espíritu derrotista recorre Israel; ustedes son el futuro de este país, todo lo que ocurra aquí dependerá de ustedes».
Rabín fue asesinado la noche del 4 de noviembre de 1995 al concluir un mitin por la paz que celebró en la Plaza de los Reyes de Israel de Tel Aviv (desde entonces llamada Plaza Rabín), el mismo lugar donde todos los años se convoca la concentración de recuerdo.
El asesino, Ygal Amir, condenado a cadena perpetua, era un militante de la ultraderecha nacionalista que trataba de torpedear el proceso de paz con los palestinos iniciado en Oslo dos años antes y del que Rabín fue su principal arquitecto.
Desde 1996 la familia solía apadrinar el acto y hasta participar en los gastos, pero el año pasado informaron de que sería la última vez y que, en esta ocasión, le recordarían con diferentes emprendimientos educativos promovidos por el Centro Rabín.
Considerando que se rompía una tradición, artistas, intelectuales y movimientos juveniles israelíes tomaron el relevo.
«El acto pone énfasis en la democracia, recuerda el período de incitación que precedió al asesinato y los que tomaron parte lo hicieron desde un frente común de lucha por la democracia» dijeron los organizadores.
El diputado laborista, Amir Peretz, expresó que «nunca como ahora se siente la magnitud de la falta de Rabín. Bajo su liderazgo, Israel podría estar hoy en una situación completamente diferente de la que se encuentra. Mientras el mundo árabe vive convulsionado, los acuerdos de paz que hubiese firmado Rabín conseguirían aislar a Irán y enfrentar la ola islamista que azota al mundo».
La ex ministra de Eduación, Yuli Tamir, señaló que el asesinato de Rabín no constituye apenas una discusión entre la derecha y la izquierda. «Rabín estuvo ese día aquí en la plaza porque era un sionista pragmático que sabía qué se podía conseguir y a qué era necesario renunciar. Rabín fue asesinado porque entendió que sin concesiones Israel estaría en constante peligro existencial», aseveró.
La única polémica política que rodeó la concentración fue la objeción previa a participar por parte de algunos miembros del movimiento juvenil de orientación ultranacionalista Bnei Akiva, del cual era miembro Ygal Amir, que sin embargo acudió representado por su secretario general, Dani Hirshberg.
«Más de 70.000 miembros del movimiento nacieron después del asesinato y cuento con el apoyo de todos ellos, sólo un pequeño grupo se opuso», afirmó Hirshberg.
Los actos de recuerdo a Rabín comenzaron el jueves pasado en la sede de la presidencia de Israel, donde el presidente del Estado, Shimón Peres encendió una vela en su memoria.
Hoy, domingo, se celebrará el acto oficial de conmemoración ante la tumba de Rabín en el Monte Herzl de Jerusalén, y el lunes tendrá lugar una sesión parlamentaria especial con el mismo motivo.
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