Por primera vez, la red social Twitter alojó un anuncio de guerra y transmitió en vivo desde ambos bandos.
«Estamos liderando una revolución en lo que respecta a la información oficial», escribió el capitán Roni Kaplan, vocero oficial en español de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Al margen de las críticas que ahora le llueven en Twitter por otros tuits en los que anuncia con entusiasmo ataques contra Hamás, a Kaplan particularmente, no le falta razón.
El conflicto recrudecido en la Franja de Gaza en los últimos días, aunque es el mismo de años atrás, dejó de contarse como antes. Ya no sale primero en las noticias, ni en declaraciones oficiales con atril, banderas y micrófonos. Ni en cartas abiertas. Esta semana, la guerra entre las partes le dio la bienvenida a Twitter con el estatus de arma y emisario.
Primero las Fuerzas de Defensa de Israel emprendieron un maratónico conteo de cohetes palestinos que estallaron en su territorio.
En Twitter alcanzó a reportar más de 275 ataques de Hamás, de los que, según informó, pudo interceptar 145. Todo, durante 30 intensas horas de transmisión.
En la vereda de enfrente, con mucha menos penetración de internet, terroristas palestinos dejaron constancia en su propio conteo del envío de sus misiles. Con hora y lugar, las Brigadas Izz ad-Din al-Qassam disparaban sus cohetes con tuits, fotos y videos.
Además, reportaron muertos, heridos y daños materiales en su territorio. Cada 15 minutos se oyeron los «¡boom!» en tiempo real a través de Twitter. Las fotos más crudas en una y otra orilla no se hicieron esperar.
Hacia el medio día del pasado miércoles Israel perdió la paciencia y amenazó: «Recomendamos que ningún miembro operativo de Hamás, sea de rango bajo o un alto directivo, asome la cara por encima del suelo en los próximos días», informó la cuenta vocera de las FDI, @IDFspokerperson.
El histórico mensaje recibió 4.900 réplicas y se convirtió en un hecho sin precedentes en el conflicto, por primera vez se anunciaba una operación militar en una red social.
Horas después del anuncio fue muerto Ahmed Jabari, jefe de las Brigadas Izz ad-Din al-Qassam y líder del ala militar de Hamás. Las FDI fueron más lejos y publicaron el video en el instante del ataque.
«En caso de que se lo perdió, véalo», anunció en medio de duras críticas @IDFspokerperson.
Hamás respondió con cohetes, pero también «abrió fuego» con su respuesta en Twitter: «Nuestras manos benditas alcanzarán a los líderes y soldados de Israel donde quiera que estén. Ustedes abrieron las puertas de su propio infierno», comunicó @AlqassamBrigade, perfil oficial del brazo armado de Hamás.
La guerra en ese punto enfrentó en la arena virtual a #PillarOfDefense y #ShaleStones. El primer hashtag, de Israel, promovió la operación de contrataque a los terroristas de la Yihad Islámica y Hamas en la Franja de Gaza; el segundo, de Hamás, inspirado en un mito que compara a piedras con misiles, impulsaba a los tuiteros a apoyar su arremetida.
De allí en adelante, y hasta ahora, lo que se vive en Twitter es una carrera de ambos bandos por demostrar que su contraparte mató más civiles, mujeres y niños.
Si algo parecen tener en común es el afán de señalar cada vez más blancos de ataque y el de conquistar la versión de los medios que cubren el conflicto en el mundo. Tanto que el capitán Roni Kaplan, en una práctica poco común anunció: «Estoy disponible para entrevistas a periodistas acreditados en todo el mundo. La moneda tiene dos caras».
Como era apenas natural, Twitter suspendió temporalmente los perfiles de ambos bandos. Pero para efectos del conflicto este fue un hecho menor. La sanción no duró más que los ataques y, en sólo unas horas, Oriente Medio ya se preparaba para otra madrugada en medio del terror y a bordo de 140 caracteres.
Tras 48 horas de violencia la cifra de muertos supera los 20 y la cuenta de heridos ya está en más de 200. Entre tanto, el saldo en Twitter no podía ser más penoso, millones de usuarios siguen en directo la guerra con tanta atención como impotencia.
Con una sólida mayoría concluyente que pide el fin del conflicto, cada minuto crece la audiencia dividida entre quienes toman partido por Israel o Hamás, más quienes ven de lejos cómo no se zanja la brecha que separa históricamente a uno y otro bando. La misma guerra por el territorio, ahora en la arena virtual.
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