«Si te pierdes Purim, te perderás la fiesta», dice un eslogan en Israel, que se prepara estos últimos días para recibir la que es considerada como una de las mayores celebraciones del calendario judío; sin duda, la más divertida.
Conocida por muchos como el Carnaval de Israel, esta festividad se celebra este año durante el último fin de semana del mes de febrero, siendo los días de hoy viernes y mañana sábado los más destacados por el número de actividades que se desarrollan.
A pesar de su origen bíblico, Purim es además la excusa perfecta para disfrutar este año en Tel Aviv con el buen tiempo y que tiene en sus plazas, barrios y playas uno de sus mayores atractivos.
La historia del Purim (suerte, en hebreo) se remonta al año 450 antes de la era cristian y rememora la salvación de los judíos bajo el mandato del Rey Asuero en el imperio persa, según lo narra el Libro de Ester. La fiesta se celebra todos los años el 14 del mes hebreo de Adar, la histórica jornada después de que se permitiese a los judíos luchar contra sus enemigos que pretendían exterminarlos.
La celebración tradicional implica los cuatro preceptos básicos, como son leer el Libro de Ester, la caridad, el intercambio de manjares entre amigos y el más relajado disfrute de los productos gastronómicos típicos de estas fechas.
El Israel más secular parece haber adoptado sólo estos dos últimos, mientras que el ortodoxo lleva demasiado en serio el dicho de «beber hasta que no se diferencie a Amán de Moderjai» - el mal del bien.
De hecho, las celebraciones entre judíos ortodoxos son las más llamativas. Escasas en Tel Aviv, son mucho más numerosas y fastuosas en Jerusalén, donde miles de ellos se reúnen para poner música y color a una jornada que termina de madrugada y con muchos de sus participantes ebrios.
Sin embargo, y al contrario de otras celebraciones, la fiesta de Purim está concebida para ser disfrutada por toda la familia, especialmente por los más pequeños.
Semanas antes de la fecha, ya se puede disfrutar de un ambiente festivo, sobre todo en los shoppings, donde desde días antes ya hay colas frente a las innumerables tiendas de disfraces.
Según informan algunos medios locales, será la clase política la que se lleve las burlas este año, por lo que no sería ninguna sorpresa encontrarse durante el fin de semana a miles de niños disfrazados de Lapid, Netanyahu o Liberman disfrutando de los desfiles más concurridos.
Tanto restaurantes como bares y discotecas abrirán toda la noche estos dos días, si bien lo más recomendable - y barato - es participar en las fiestas que se celebrarán en las calles.
La más animada en los últimos años fue la del barrio de Florentín, al sur de Tel Aviv, donde vecinos y comerciantes lograron crear un ambiente de verdadero festival callejero que contó en ocasiones con hasta cinco escenarios.
Asimismo no hay que olvidar probar durante estas fechas los productos típicos de Purim. Los más conocidos de ellos son los «Oznei Amán» (orejas de Amán, en hebreo), hechos a base masa leudada y relleno de semillas de amapola.
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