Hasta aquí, toda adicción y depresión, anti-sociales según códigos penales, sociales y/o psiquiátricos, solo conocían soluciones dolorosas para los padecientes. Y distintos grados de discriminación social, familiar, cultural y laboral. Una tecnología desarrollada por el Instituto Weizman, podría modificar estos enfoques. Israel ciencia & tecnología explica cómo y por qué.
FINAL DE JUEGO PARA LAS ADICCIONES, LA OBESIDAD Y LA DEPRESIÓN
Marcelo (nombre supuesto o no) tenía una lucidez pavorosa. Y algo perversa. Nacido en Buenos Aires, cuando fue capturado por enésima vez portando drogas se declaró loco y en lugar de ir a CE.NA.RE.SO[1] (Centro Nacional de Reeducación Social, organismo de rehabilitación de drogadictos creado en Argentina en 1973) fue a parar al Hospital psiquiátrico público de pomposo nombre: 'Hospital Interdisciplinario Psicoasistencial José Tiburcio Borda'.
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