Israel está acostumbrado a lidiar con desafíos en el plano de su seguridad nacional, pero es indudable que en los últimos tiempos-aún sin hablar del esfuerzo nuclear de Irán- estos se están complicando.
Por un lado, desde la Franja de Gaza, vuelven a registrarse en las últimas semanas disparos hacia el sur de Israel. Comenzaron, tras cinco meses sumamente tranquilos posteriores al operativo "Pilar de Defensa", hace ya una quincena. Hubo disparos hacia Sderot durante la visita del Presidente Obama, varios morteros fueron lanzados hacia kibutzim de la zona y esta semana, nuevamente, morteros a los poblados más cercanos a la frontera y cohetes Kassam hacia Sderot. Israel respondió ahora desde el aire, por primera vez desde la finalización del mencionado operativo.
Por otro, la frontera con Siria en el Golan, que durante 40 años fue de las más tranquilas de Israel-aunque la hostilidad siria se manifestaba por cierto a través de la frontera libanesa con la ayuda constante de Damasco a los terroristas de Hezbolá- parece que se complica cada vez más. Son ya numerosos los incidentes en los que disparos desde territorio sirio hicieron impacto directo en Israel y nadie en la cúpula de seguridad parece tener claro si se trata de disparos intencionales efectuados por alguien interesado en involucrar a Israel en la terrible guerra civil en Siria, o de disparos que "se escapan" y llegan al otro lado de la frontera.
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