Amigos de Semana
Ya pasaron dos años de parálisis en la negociaciones entre israelíes y palestinos.
Las tratativas son inexistentes y mientras tanto el liderazgo en Cisjordania encabezado por el presidente Mahmud Abbás desarrolla un intenso activismo diplomático con miras a que en la reunión de la Asamblea General de la ONU en septiembre, se apruebe por mayoría una resolución que reconozca al Estado palestino independiente dentro de las fronteras de 1967.
Las actuales encuestas señalan que entre 130 y 180 países de los 192 miembros votarían a favor de dicha resolución.
A mi entender, eso significará un golpe para conseguir la paz mediante acuerdos bilaterales, que constituiría ciertamente la solución ideal.
Pero ante el hecho de que no se registran conversaciones serias debido a la postura del gobierno israelí actual de mantener vigente la construcción de asentamientos en Cisjordania y Jerusalén oriental, Abbás optó por recorrer el mismo camino diplomático que en la década de los '40 transitó el movimiento sionista: recurrir a la aprobación internacional de la ONU para promover el nacimiento de su Estado nacional.
De resolverse así las cosas, Israel quedará en una situación francamente desventajosa desde todos los puntos de vista.
Es por ello que varios hombres de empresa y diversos oficiales retirados que en su momento tuvieron puestos directivos en organismos de seguridad como el Mossad, el Shin Bet y Tzáhal, publicaron una iniciativa de paz en undocumento que llama a la creación de un Estado palestino independiente sobre la base de las líneas fronterizas de 1967.
Nuestra sociedad en Israel se polariza así cada día más en función de la inminencia de los cambios trascendentes que se anuncian y las convulsiones que agitan a nuestros vecinos.
Cabe señalar que aunque las posturas conservadoras son hoy las predominantes entre nosotros, en Israel se respira una inquietud generalizada y expectante ante el silencio y la falta de pronunciamientos claros de Netanyahu para afrontar los peligrosos desafíos cercanos.
Los saludo cordialmente
Marcos Newman
Holón