Las amenazas de Nasrallah de tomar la Galilea se encuadran dentro de los planes gubernamentales israelíes de abandonar esa zona a cambio de otras económicas-estratégicas-historicas-religiosas más importantes para el gobierno de Netanyahu.
Treinta años de expolio, abandono y vaciamiento llegan a su momento crucial. La desicion del Ministro de Educación, Gideon Saar, de potenciar viajes de estudio a Hebrón, se entronca con la anulación de facto en 2003 de los viajes de estudio a la Galilea y el consiguiente desmantelamiento de la división del Norte del Merkaz Hasbará dependiente del mismo ministerio.
Si Shtainitz, Netanyahu y Saar piensan que la entrega de la Galilea a la autonomía árabe, o la irredención ligada a Siria o Libano, o quizás la creación de un nuevo estado árabe independiente al estilo Kosovo, les permitirá aplacar al Moloch del norte y seguir viviendo tranquilos en su idílica nube del Gush Dan, muy pronto se darán cuenta que han sacrificado la Galilea en aras de humo.
Ya han conseguido vaciar a la Galilea de la juventud preparada que debe ir a radicarse a la costa para encontrar futuro.
Siguen apropiándose de los presupuestos del norte; a la fecha, más de 38 mil millones de shékel que fueron desviados a partir de 1981 a los territorios ocupados y luego a Tel Aviv.
Nos han hecho volver a los índices demográficos de 1947, es decir un judío por cada 4.2 árabes.
Muy pronto se darán cuenta que un gueto cruzado en Tel aviv de 60 km de largo junto a la costa es inviable.
El sueño de la Singapur de Oriente Medio lleva al fin del sionismo en nuestros días.
¿Tendrán que pasar otros 2000 años hasta que una nueva generación de judíos recuperen nuestros sueños de una vida judía y sionista en nuestra tierra?
Atte.
Mario Liam