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Mubark sí... Mubarak no...

Estimados amigos de Semana

El problema en Egipto no es quién cambiará a Mubarak. El problema es Mubarak, el verdadero culpable de lo que está pasando.

Durante 30 largos años nos viene contando que la alternativa a él es el caos, tolera y fomenta al islamismo de los Hermanos Musulmanes y lo exporta a nuestros países vecinos y a la Autoridad Palestina para que seamos conscientes de lo que se trata y para convencernos de que no hay más cambios posibles a él que un régimen fundamentalista.

O sea que su continuidad es imprescindible. Ahora uno entiende porque siempre ganaba las elecciones en primera vuelta y con el 98% de los votos a favor.

Esos son los mismos discursos de Assad padre e hijo en Siria, de los sauditas, de los Emiratos, del Yemen, de Kadaffi, de los marroquíes o el de Saddam Hussein en Irak hasta hace una década.

Israel no puede permanecer eternamente sometido a ese chantaje.

Israel siente un lógico pánico ante lo que pueda venir detrás de Muabarak. Es comprensible. Esta luminaria llamada, Mohamed El Baradei, que se autoproclamó (?) jefe de la oposición, es el mismo que el verano pasado declaró a la Franja de Gaza "la mayor prisión del mundo", y no lo decía por lo que allí ocurre bajo el mandato de Hamás. Con un "moderado y liberal" como ese es entendible que Netanyahu prefiera a Mubarak.

El problema es que los israelíes nos conformamos con lo malo conocido y no nos animamos a probar lo que pueda ser mejor. Ahora nos olvidamos que la paz de Mubarak er una "paz fría", que él nunca visitó oficialmente Israel y que su régimen alimentó el auge de islamistas tan notorios como el Dr. Ayman al-Zawahiri, número dos de Al Qaeda.

La caída de Mubarak puede dar lugar a una reforma democrática. No olvidemos que durante tres décadas Mubarak practicaba un juego de doble filo: le extendía la mano a Estados Unidos y mantenía la paz con Israel mientras alentaba un discurso contra ambos.

Aún está por verse si su caída será mejor o peor para Israel.

Los saludo afectuosamente.

Natalio Ofek
Rehovot