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Occidente vs. Islam

Sr. Director

Las actuales guerras entre Occidente y el Islam no se han producido porque los terroristas odien la libertad, como dice el discurso oficial, ni por lo que hacemos en Palestina, como dicen algunas voces críticas; sino porque somos ricos, y los musulmanes, pobres. Intentaré explicarlo.

Estas guerras se desarrollan porque la gente tiende a echar la culpa de sus problemas a «los de arriba». Y en este mundo globalizado «los de arriba» somos nosotros, Occidente; y los «los de abajo» son los países musulmanes, que tienden a echarnos la culpa de todos sus problemas.

Si dicho diagnóstico es correcto, está claro que la única manera de frenar estas guerras es resolver el problema de la pobreza en el tercer mundo, incluidos los países musulmanes. Así nadie echará la culpa de sus problemas a «los de arriba», porque ya no habrá ni «arriba» ni «abajo».

Durante mucho tiempo se ha intentado acabar con la pobreza del tercer mundo trasladando al sur la economía del norte, y no ha funcionado porque, aparentemente, la mentalidad de los países del sur no se adapta a la economía creada en los países del norte.

La alternativa que nos queda es intentar el camino contrario: si su mentalidad no se adapta a nuestra economía, que nuestra economía se adapte a su mentalidad. Eso significa que los empresarios del tercer mundo tienen que copiar los negocios occidentales, pero adaptándolos a su manera de trabajar.

Un ejemplo perfecto de lo que digo es la experiencia israelí, que el primer ministro Binyamín Netanyahu describió así en una entrevista: «Si le hubieran pedido a los israelíes que ficharan a las nueve en punto y salieran a las doce a hacer ejercicio en el patio; nunca lo habrían hecho. Pero si le piden que se sienten ante un ordenador y que improvisen o resuelvan problemas, lo harán solos o en pequeños grupos; porque somos buenos en eso. Creo que tiene que ver con nuestra historia. Creo que es la tradición talmúdica. Y pensábamos que era económicamente inútil al principio del sionismo»

Si los musulmanes siguen esa estrategia, derrotarán a la pobreza, que es su verdadero enemigo.

Atte.

Eduardo García
Madrid