Sr. Director
El aterrador caso de Moshé Silman nos da la pauta de como cada vez más ciudadanos israelíes viven apretados permanentemente por los pagos de impuestos y demás obligaciones que les carga el Estado con su dracónica política económica.
Personas ancianas, discapacitadas o enfermas, con muy pocos recursos, son arrojadas a la calle si en un momento dado no pueden pagar deudas porque el alto costo de la vida los déja sin dinero para afrontar sus obligaciones.
No existe ayuda estatal real para esas personas. Nuestro gobierno, desgraciadamente, gobierna para muy pocos y no para todos.
Se trata de un gobierno salvajemente capitalista, que dejó atrás todo lo que significa bienestar social como fue siempre, desde la creación del Estado, hasta que llegó Sharón al poder y puso como ministro de Economía a Bibi, a quién sólo le importa los grandes potentados.
Realmente me da vergüenza en que convirtieron a Israel, que era un país ejemplo en políticas sociales. Eso ya no existe más.
Antes Bibi nos decía: «Vayan a trabajar» ¿Se acuerdan? Ahora, cuando una pareja se desloma trabajando en más de un empleo y aún no le alcanza para llegar a fin de mes, al mismo Bibi le faltan las palabras.
Creo que es el peor gobierno que tuvo este país. Extraño mucho a Rabin. Más allá de todo, dirigió una politica social democrática enfocada a mejorar la educación, los servicios de salud pública y de ayuda social. No como los vergonzosos de hoy en día que no muestran ni un gramo de piedad con enfermos, discapacitados, ancianos o sobrevivientes de la Shoá.
Es hora que los ciudadanos de Israel dejen de llegar a la desesperación y tengan un gobierno que realmente se preocupe por ellos.
Atentamente.
Shomit Yom Tov
Tel Aviv