Sr. Director

Los dirigentes del Comité Olímpico Internacional  se negaron a observar un minuto de silencio en memoria de 11 deportistas israelíes asesinados en Múnich durante los Juegos de 1972, hace cuarenta años, en la reciente ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Londres.

La solicitud de observar ese minuto de silencio fue realizada desde hace meses por los familiares de las víctimas.

Tal solicitud ya se había hecho en Olimpiadas anteriores sin obtener ninguna respuesta afirmativa. Esta vez, al conmemorarse el 40° aniversario del atentado, el pedido contó con una amplia lista de firmas de importantes personalidades en todas las áreas, que la apoyaban.

De nada valieron las miles de firmas que se juntaron ni tampoco el apoyo manifestado por el presidente Obama y por el alcalde de Londres. La lista de apoyo incluyó también al Senado norteamericano en pleno, diputados alemanes, canadienses y australianos, miembros del Parlamento británico, el gobierno israelí y a una multitud de ONGs de todo el mundo.

Sin embargo, el Comité Olímpico Internacional se negó a aceptar la solicitud aduciendo la inconveniencia de politizar los juegos mediante dicha acción. Aun cuando se supo que ni siquiera la delegación iraní haría algo para sabotearla, el COI mantuvo su posición negativa.

Nada ni nadie logró convencerlo de que se trataba de un acto humanitario que remarcaría el espíritu de fraternidad y de celebración y respeto por la vida que tanto sus miembros quieren impulsar.

El argumento del comité conduce a todo lo contrario. Al no aceptar la solicitud, lo que hace es politizar el asunto, y como muestra vale la pena recordar que en los Juegos Olímpicos de Invierno de Salt Lake City, en 2002, se observó un minuto de silencio por las víctimas de los atentados de las Torres Gemelas en New York, sin que ello produjera disgusto alguno.

¡Que no nos mientan más! Los intereses politicos y económicos , los boicots, los juegos de poder y las censuras que se mueven tras la apariencia de una fraternidad irrestricta, forman parte de ese comité hipócrita, a pesar de su invisibilidad.

Y la negativa de ese mismo comité hipócrita al minuto de silencio por deportistas israelíes asesinados va de acuerdo con su convicción de que nada, ni siquiera el recuerdo de 11 atletas asesinados por terroristas en una Villa Olítica, debe molestar que el espectáculo continúe.

Saludos cordiales.

Mario Kashtan
Valparaíso