Sr. Director

Cristina Kirchner confesó haberse confundido al descubrir que los alfajores, que estaba convencida que eran un invento argentino, son en realidad un dulce árabe.

Cristina reconoció públicamente su error al hablar en Perú, en la Cumbre de América del Sur y Países Arabes, donde resaltó los fuertes lazos entre esa comunidad y Argentina.

«Debo contarles un secreto», les dijo a sus pares de esos dos bloques mundiales, «cuando miraba el video que preparó Perú para mostrarnos la unidad de la cultura árabe y la de América del Sur, descubrí que los alfajores, que estaba convencida eran invento argentino, son en realidad un arte culinario de ustedes».

Cristina reconoció entonces que debíó presuponérselo porque la palabra empezaba con el prefijo «al» y todos saben que en la cultura hispana todo lo que empieza con el prefijo «al», como almohada, alcazar o alcohol, tiene origen arábe.

Cristina se volvió a confundir cuando comparó la situación de Palestina con la de Malvinas, ambas víctimas del colonialismo, según ella.

Sería más que interesante saber que haría Cristina si los keplers se dedicaran durante una decena de años sin interrupción a lanzar cohetes sobre poblaciones civiles de la Patagonia.

¿Que opinaría Cristina si los habitantes de Malvinas llegaran a las costas argentinas para llevar a cabo atentados terroristas?

La respuesta es fácil. Encubriría las investigaciones de los atentados durante años. En eso los gobiernos argentinos, sean populares o militares, tienen mucha experiencia.

¡Jag Sameaj!

Yossi Vardi
Hezlía